En cada
noche, cada día y en cada minuto que estuve al aire he sido feliz. Hasta mi hijo Julián (5 años) recibió la energía que se
respira en la radio y eso no es un dato menor.
Tuve y tengo la oportunidad de crear y crecer al aire, de ir soltando las palabras de a poco. Me nutro de cada cosa que leo y necesito canalizarlas a través de la voz.
En Fm Faro (Radio Nacional), en FmZoe y ahora Radio Grafica FM 89.3 entendí que la radio no es sólo el momento que la
luz roja se prende... La radio, amigos míos, es una forma de vida.