Recuerdo que
en la tarde acalorada y agobiante de Buenos Aires recibí la noticia de la
muerte de Favio vía twitter. Fue inevitable no recordar como este ícono de
nuestra cultura popular atravesó distintos momentos de mi vida. Son imágenes
que emergen ante lo fatal. Un flash back ineludible.
Si bien sabia
del cáncer con el que batallaba Favio, como un torbellino de emociones me
invadió cuando me enteré de su paso a la inmortalidad. Es como si la infancia,
la adolescencia y la juventud se fusionaran en una sola polaroid.
- La década
del ochenta tenía como líder de audiencia televisiva al canal 9. Favio, en su
rol de cantante era un número puesto en los programas de Alejandro Romay. Mi
viejo tenía una frase a flor de piel cada vez que lo veía en Finalísima o en
Sábados de la bondad - Favio iba en el avión que trajo de regreso a Perón-. Mis
hermanas y yo sabíamos que venía esa frase de papá y lo acompañábamos con la
mirada. Él quería decir eso, necesitaba decirlo. Papá estaba orgulloso de ser
peronista y sentía que de esa manera mantenía vivo el recuerdo de una época
querida por él.
- Una noche
fuimos al cine (cuando ir a la peatonal de Lavalle era bien pulenta) y nos
encontramos con dos cuadras de cola atestada de gente. Se estrenaba la opera
prima de Marcelo Piñeyro, Tango Feroz. Nosotros optamos por la nueva película
de Leonardo Favio estrenada esa misma semana: Gatica, el mono. Por un lado la
sala principal del cine Monumental estaba colmada para ver y escuchar la
historia de Tanguito y por otro, los presentes en la sala 1 del cine Atlas nos poníamos
de pie para aplaudir la escena donde Gatica dice la memorable frase: ¿Monito?,
¡monito las pelotas! ¡Señor Gatica! El soundtrack de Tango Feroz sería número
uno en ventas. Gatica, un film emotivo, cargado de simbolismo peronista
quedaría opacado por el boom del nuevo/viejo rock nacional.
- Las fiestas
del Condón Clú fueron un ícono de la movida contracultural de la década del
´90. Fiestas itinerantes donde tocaban
bandas en vivo. Una de las más esperadas por mí eran Las Pelotas. El grupo de
Germán Daffunchio y el Bocha Sokol. Solían telonearlos unos pibes de Morón, Los
Caballeros de la Quema. Una banda que traía desde el Oeste un poco de reggae,
mucha distorsión, un toque funk en los caños y una voz quebrada y sucia
completando la imagen. Años más tarde, la banda se disolvió y su cantante, Iván
Noble, grabó en su segundo disco en solitario una versión de "Ella, ella
ya me olvidó".
Vaya este
recorrido de mi infancia, adolescencia y juventud a modo de homenaje a la
memoria de Leonardo Favio, a mi viejo y todos los compañeros que persisten en
mantener vivo el fuego sagrado de aquellos años felices.
MUY BUENO !!!!CUANTOS RECUERDOS DEJA LA IDA DE ""UN GRANDE "".
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