5 de noviembre de 2012

MONITO ¡LAS PELOTAS!



Recuerdo que en la tarde acalorada y agobiante de Buenos Aires recibí la noticia de la muerte de Favio vía twitter. Fue inevitable no recordar como este ícono de nuestra cultura popular atravesó distintos momentos de mi vida. Son imágenes que emergen ante lo fatal. Un flash back ineludible.

Si bien sabia del cáncer con el que batallaba Favio, como un torbellino de emociones me invadió cuando me enteré de su paso a la inmortalidad. Es como si la infancia, la adolescencia y la juventud se fusionaran en una sola polaroid.

 

- La década del ochenta tenía como líder de audiencia televisiva al canal 9. Favio, en su rol de cantante era un número puesto en los programas de Alejandro Romay. Mi viejo tenía una frase a flor de piel cada vez que lo veía en Finalísima o en Sábados de la bondad - Favio iba en el avión que trajo de regreso a Perón-. Mis hermanas y yo sabíamos que venía esa frase de papá y lo acompañábamos con la mirada. Él quería decir eso, necesitaba decirlo. Papá estaba orgulloso de ser peronista y sentía que de esa manera mantenía vivo el recuerdo de una época querida por él.

 

- Una noche fuimos al cine (cuando ir a la peatonal de Lavalle era bien pulenta) y nos encontramos con dos cuadras de cola atestada de gente. Se estrenaba la opera prima de Marcelo Piñeyro, Tango Feroz. Nosotros optamos por la nueva película de Leonardo Favio estrenada esa misma semana: Gatica, el mono. Por un lado la sala principal del cine Monumental estaba colmada para ver y escuchar la historia de Tanguito y por otro, los presentes en la sala 1 del cine Atlas nos poníamos de pie para aplaudir la escena donde Gatica dice la memorable frase: ¿Monito?, ¡monito las pelotas! ¡Señor Gatica! El soundtrack de Tango Feroz sería número uno en ventas. Gatica, un film emotivo, cargado de simbolismo peronista quedaría opacado por el boom del nuevo/viejo rock nacional.

 

- Las fiestas del Condón Clú fueron un ícono de la movida contracultural de la década del ´90. Fiestas itinerantes donde  tocaban bandas en vivo. Una de las más esperadas por mí eran Las Pelotas. El grupo de Germán Daffunchio y el Bocha Sokol. Solían telonearlos unos pibes de Morón, Los Caballeros de la Quema. Una banda que traía desde el Oeste un poco de reggae, mucha distorsión, un toque funk en los caños y una voz quebrada y sucia completando la imagen. Años más tarde, la banda se disolvió y su cantante, Iván Noble, grabó en su segundo disco en solitario una versión de "Ella, ella ya me olvidó".

 

Vaya este recorrido de mi infancia, adolescencia y juventud a modo de homenaje a la memoria de Leonardo Favio, a mi viejo y todos los compañeros que persisten en mantener vivo el fuego sagrado de aquellos años felices.









1 comentario:

  1. MUY BUENO !!!!CUANTOS RECUERDOS DEJA LA IDA DE ""UN GRANDE "".

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