Sentir gratitud y no expresarla es
como envolver un regalo y no darlo.
¡Gracias infinitas a Eduardo Cormick
y Camilo Sánchez! Encantadores jardineros que hacen florecer el alma.
Gracias al fulgor clarividente y
poético de Camilo y gracias Eduardo con la bella austeridad, un tono afable y
luminoso, tan parecido a tu prosa.
Gracias por acompañarme en la
construcción y la evolución narrativa de la novela "Las Cartas que no te
dije"
Gracias por hacerme sentir parte de
la familia del El Bien del Sauce Edita desde el minuto uno.
En la antesala de una nueva
publicación anhelo la próxima muzza con faina de La Continental para hablar de
Briante, Saint-John Perse, Calfucurá, Diana Bellessi o Huracán del 73, y
brindar por este presente, las buenas cosas y el querido Claudito, otro
"titán del paravalancha"