26 de septiembre de 2015

MALOGRADOS










No está mal de vez en cuando putear un poco. Hasta diría que es saludable. Sin embargo, es cada vez más habitual leer o escuchar a personas que uno conoció en otras etapas de la vida (con algo de lucidez incluso) con tanta virulencia en sus opiniones y sus acciones.
Es tanta la bronca que mastican que ni siquiera te invitan a reflexionar e intercambiar ideas. Es como si quedara algún trauma sin resolver, algo residual dando vueltas y encuentran en un conductor de televisión, un jugador de fútbol, un funcionario público o lo que es peor, un familiar cercano o amigo, el chivo expiatorio para canalizar sus fracasos. Nos encontramos, a mi entender, con un tema de fondo más que de forma.

Pienso que lidiar con el rencor y la frustración es difícil que se modifique de un día para el otro con un mero cambio de plantel del equipo de tus amores, de un formador de opinión mediático que salga del aire, del muñeco de turno a quien se critica con saña o de un gobierno, atropellando la voluntad popular. No digo que uno no pueda enfurecerse e indignarse de vez en cuando, tampoco quiero incitar a vivir en la algarabía permanente.
Creo que aquel que indaga con decisión su historia se da la oportunidad certera de orientar su deseo genuino. Hay quien no se pregunta nada y vive su engaño feliz. El embrollo se arma el día en que el cuerpo se manifiesta. Vivir molesto sin ir al nudo del quilombo (personal) termina afectando al cuerpo, la mente y el juicio.
El placer es una obligación psicológica. Cierto perfil de gente cree que putear y criticar todo el tiempo los convierte en “los más pulenta de la cuadra” o lo que es peor, los hace más dignos y decentes. En definitiva, la vida es una sola y no es bueno vivir con el odio en el pecho.







13 de septiembre de 2015

FRANCISCO



Un diseño hecho en Barracas que llegó hasta el Vaticano y fue bendecido por el Papa Francisco. Estas piezas encuadradas estarán ubicadas en los treinta y tres hospitales de la ciudad de Buenos Aires para que familiares y amigos que visitan a los pacientes puedan dejar sus intenciones. Nunca soñé con llegar al Vaticano a través del Diseño Gráfico. Está bueno, creo que es mejor lo inesperado que esperar lo imposible.








Enviado por el Papa Francisco