29 de marzo de 2010

CARETÒN






La pregunta es: ¿Cómo zafamos? En realidad todos queremos zafar en un punto. A veces queremos triunfar, otras ganar. Yo prefiero jugar.
La vida te lleva por terrenos muy sucios. Un baldío que se descuida se llena de basura; la gente ve que nadie lo cuida, entonces es un buen escenario para sacarse de encima la mugre que generan.
El alma de mujeres y hombres cuando esta vacía se llena de mierda, todo depende de que te dieron en la infancia. Uno devuelve lo que le enseñaron: si te dieron prepotencia y soberbia serás prepotente y soberbio, si recibiste amor y comprensión no podés ser menos que una buena persona. En esa batalla interna estamos muchos cada día.
En cambio, el inescrupuloso, el garca, está siempre sonriendo en las fotos, ¡hasta en la cédula! . Se queja por cómo subieron los precios, mientras se come una pendeja en el asiento de atrás de su último modelo.
Yo quiero jugar con las reglas claras. A veces me pregunto ¿Quién es el careta? El drogón que necesita anestesiar su impotencia, el que miente sistemáticamente escudándose en que está cumpliendo un mandato superior/divino o el que le pone el pecho a las balas y enfrenta la realidad sin nariguetazos…
Noooo, ¡si estamos salvados! El modelo de noticiero rebelde de la década pasada (CQC) que le preguntaba a Fidel "¿Para cuando otra Revolución?", reventó un aguantadero en Villa Culo y encontraron un aire acondicionado/donado mediante un GPS... ¡tranquilo muchachos! el watergate: un poroto. 
¡Qué incisivos!, ¡ahora si! Estamos en buenas manos, los que gobiernan y los que no. Los que deciden y los que no; Moneta compró la Rock & Pop y a los trangresores les tatúan códigos de barra.
Es como en el teatro, están los actores y los espectadores, pero hay una raza que se queda en el medio: los que critican y nunca generan nada. Los tibios, los mediocres, su única moneda de cambio es la mentira, amigas y amigos: vayan a la Salada y compren una vida, están baratas. Además para el regateo son expertos, para llorar son especialistas y en una de esas consiguen algo que siempre buscaron: vivir por otro.
Farsantes que levantan su índice exigiendo virtudes que no otorgan. El día que paren un segundo y pongan su mente en blanco, les va a causar tanto dolor su realidad que van a querer volver al teatro, para ver a quien defenestrar, purgar sus miserias, exorcizar sus demonios y así sucesivamente…Mientras tantoooo... ¡upa!, ¡te tengo que dejar!! Me hierve la pava. Me voy a tomar unos mates y a vivir mi presente con la gente que quiero, con mis defectos y virtudes, con aquellos que intentan salir de este circo de hipocresías donde los payasos no hacen reír, donde los trapecistas caen y vuelven a levantarse. ¡Gracias caretón!... Si no hubiese fracasado no estaría parado.