26 de diciembre de 2018

UN LUGAR DONDE SOY




Cada sábado a la mañana salté a la radio como quien sale al amor. Evadí la rutina, la práctica de las reuniones baldías y me hundí en el regazo radial. Un lugar donde soy. El pelotero de mis cuarenta.
Camino al programa número 100 me preguntaba ¿qué es esto que tanto nos maravilla? Una propuesta que no alude a la coyuntura, a la temperatura, ni al escándalo de la semana. Un formato atemporal más afín al podcast que al magazine semanal.
Durante tres temporadas “la agenda” permaneció confinada a una charla, a la publicación de una novela o la presentación de un libro de poesías.
Arribamos a cada emisión con el material leído. Logramos conversaciones entrañables con escritoras, escritores, poetas, músicos y dramaturgos. El programa nos aleccionó y salimos mejorados.

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Al doblar en Cochabamba, debajo de la autopista, rumié: ¡Cuánto mal nos hacen los credos y los fanatismos!
En Manual de Perdedores no tenemos obcecaciones. Es un programa sin versus.
Cohabitan el suburbio de Arlt y el garbo de las Ocampo. El desparpajo de la poesía de Cucurto y la hermandad literaria de las Brontë. La reminiscencia al peronismo y la referencia indeleble a Borges. Cerati y el Indio, el desatinado y la abstracción. El realismo mágico y el ensayo altisonante. Jhonny Tolengo y Jhonny Cash. Somos eternos principiantes, mezclamos la literatura con la vida (porque la vida sin ficción es un infierno)
Si el mundo fuese claro, la radio y el arte no existirían. Estamos al aire no solo por los programas que hemos escuchado. Hacemos radio también por quienes continúan contagiando desde sus espacios las ganas de estar frente al micrófono: El Ghetto, El Jardín de los Presentes, La Cueva, Ruta 40 entre otros.

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En el transcurso de varios sábados vi al despertar la cara de July parsimonioso y sonámbulo, que me decía con su mirada:
—¿Para qué la radio, pa?
Es entendible. En el colegio asimilan de lunes a viernes que las cosas tiene un para qué. Desde el pizarrón hasta las redes sociales, el capitalismo vestido de cordero se oculta y da un mensaje propagandístico permanente… ¿PARA QUE? «Quédate en el molde que ya está todo dicho, nene» Mientras cargo el termo para el mate tarareo como un mantra: «Este asunto está ahora y para siempre en tus manos, nene.»

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Llego al estudio y siento que este es nuestro lugar. Es cierto, nos ganan por goleada. El modelo capitalista es el dueño de la pelota. El pez más grande se come al más chico. Así las cosas cargamos nuestros discos y apuntes e insistimos con un programa sobre libros en la trinchera de una emisora alternativa.
Son las 10.45 am. Alcanzamos la puerta de Zoe 107.1 a la espera de un nuevo invitado que nos convida una rosca en forma de verso. Devolvemos el gesto con un mate recién cebado. Armamos la grilla, pautamos los separadores y definimos las canciones de cierre. Todo listo para comenzar con el show.
Al cabo de tres temporadas poetas, novelistas y narradores en un clima de sobremesa reversionaron sus poemas y nos conmovieron al aire. Quedamos turulatos ante tanta divinidad. Los oyentes y nosotros, agradecidos.
Creo que alguna vez, cómo postulaba Gelman, condecorarán al poeta por usar palabras como fuego, como sol, como esperanza, entre tanta miseria humana, tanto dolor sin ir más lejos.
¡Buenas noches!




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