En un bar de Boedo |
- ¿Qué era, pa?
- ¡Era la gloria!
- ¿Me compras una?
- Ahora no, vamos a tomar la leche.
- ¿Pa?
- ¿Qué?
- ¿Es difícil jugar como Ortigoza?
- Sí, es muy difícil pero si la querés a la pelo ella te va a querer a vos.
- ¿Cómo?
- No te la saques de encima, cuídala, acariciala.
- Es una pelota, pa.
- Sí, ya sé hijo. Mirálo al gordo cuando juega... Donde cae la pelota, hay juego.
- La pelo lo quiere, pa.
- ¡Sí, claro! La pelota siente paz.
Pedí
dos medialunas, una para cada uno. Me parece que a
partir de hoy la caprichosa y Julián comenzaron un romance. La pelota pasó de ser un juguete a una amiga que de ningún modo
hará nada que él no le pida.
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