7 de noviembre de 2022

NO LO SOÑE

 

NO LO SOÑE

7 de noviembre de 1992

 

Había una vez una ciudad donde pocos se animaban a tocar rocanrol. Había una vez un país que bailaba al ritmo de Alcides, Pocho La Pantera y Technotronic. También había recitales, como los de Obras Sanitarias, que albergaba a los que transitábamos en el ostracismo de los sin jopo. Mucho antes de que los shows de rock fueran parte de una kermesse con cuatro escenarios con venta de pochoclos; hubo una noche de 1991 donde unos pibes de Villa Devoto homenajearon a los más grandes: Los Rolling Stones.

 

Profetizando lo que vendría, los Ratones fueron la antesala del desembarco de sus majestades satánicas y la fiebre rolinga noventosa. “Esta noche toca Juanse y el año que viene tocan los Eston” cantábamos.

Ante tanto aniversario dando vuelta por la net quería recordar el 7 de noviembre de 1992. La noche que tocó Keith Richards en la Argentina. Todavía conservo las entradas de los cuatro conciertos en aquella primavera de entusiasmo menemista, ritmo de la noche y el uno a uno.

Pasaron 30 años... Acá estamos. Demasiado jóvenes para morir y demasiado viejos para el rock. No es fácil ser joven, pero ser adulto, tampoco.

Yo, por lo pronto, hice un bollo con el plano... pero sigo buscando el tesoro.

 





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