Las aves de sisa
parasitan a su presa,
se encubren como honrados
y ocultan sus caretas
Principiantes de la farsa
que cazan en fullerías,
marean a su botín
ahogándolos en su ardid
Con escamoteos asedian
y logran su cometido
¡Cuánto les duele el Stop!
Les molesta ser advertidos
Se mueven en la penumbra
como aves de carroña,
inundados en la inmundicia
a la que nunca abandonan
Aves de rapiña,
avarientos de la podredumbre
hasta que no se corra el velo
merodean con veneno
Escuchan: ¡piedra libre!
y los rufianes se evaporan,
es el final de su cometido,
el desenlace de su triste juego