27 de enero de 2012

ESPECIES




De rastrón inaugura la sección: "invitando amigos". Un espacio para que los amigos puedan publicar sus inquietudes, reflexiones, relatos, cuentos, ilustraciones, diseños, lo que se les ocurra. Comenzamos con el diseñador gráfico e ilustrador Sebastián Mulero aportando su arte en “Derrochando Coplas”
Continuamos con Magdalena Ruiz Guiñazu otro amigo del blog que con agudeza y humor refleja en éste escrito su opinión sobre la ley SOPA, los cambios tecnológicos con una conclusión exquisita.
Desde ya están invitados a participar, no tienen más que chiflar y aquí nos encontraremos para que éstos miles de kilómetros que nos separan se acorten así sea por unos minutos. 



Por Magdalena Ruiz Guiñazu
Corresponsal en Barcelona


Quise bajarme un capítulo de la serie Lost de Megaupload y me salió un cartel del FBI. Parece que pillaron en posición adelantada a un tal Kim Schmitz, sospechan que puede haber doping y que por eso peligra la continuidad del partido. A la pelota! entonces también soy cómplice de todo esto "tan tremendo", yo estaba mirando el partido cuando se agarraron a las piñas. Me sentí como si hubiera querido bajar pornografía infantil prenatal haitiana post-terremoto 2010.
Seguí buscando un poquito más y me encontré con que hay un montón de gente indignada por las censuras a la libre visualización de estos archivos. Leí también por ahí que lo próximo será que nos instalen cámaras de filmación en nuestras viviendas y que controlen todas las cosas tan importantes que nos decimos, por eso nos tenemos que unir, que juntos somos más, porque nos quieren quitar Internet. La pucha! Qué problema más grande!
Me pasé los primeros 25 años de mi vida sin Internet y sin desarrollar ninguna fobia a la falta de inmediatez. No quiero decir con esto que no disfruto metiéndome en la web pero nunca me verán con una pancarta en contra de la ley SOPA, imagino causas un tanto mas altruistas para salir e intentar hacerme escuchar y aún así veo la tormenta tan cerca que ni voluntad tengo de ésto. La gota cayó casi de refilón y el vaso aún vomita hasta vaciarse por completo. El optimista espera que no se vacié del todo y el pesimista entiende que si no se vacía del todo es sólo porque el mundo necesita de optimistas. Necesidades creadas, así me lo explicaron una vez.
Los findes salía con mi bolígrafo en el bolsillo, la verdadera tecnología de punta, punta azul, punta negra y me sobraba tinta para muchos meses más... bueno, ese sería el recuerdo negativo. Luego vino el móvil y con él más chances, más dependencia, de la que te ata los cordones del zapato todas las mañanas para que vayas a pagar tus vicios. La expectativa perdió kilos con la dieta más ultrarrápida y eficiente y el cerebro empezó a ingeniárselas para ser más escueto al preguntar y responder, 160 caracteres, eso debería bastar para decir si o no, pensó algún erudito con un master en relaciones humanas a través de mensajes de texto.
Después también está el "manos libres" que sirve para que él que lo utiliza pueda gesticular con los brazos como si estuviera delante de la persona con la que habla, un gran avance de la humanidad. A regañadientes tuve mi primer móvil en el año 2004, una vez por mes me salía un mensaje de que "ya estaba próximo a esos días". Resulta que la antigua dueña del móvil lo había programado para que le avise todos los meses cuando tenía la regla y durante un año yo también lo supe. Estoy seguro que si lo comentaba no faltaría quien me dijera que al fin y al cabo es información al momento y eso hoy en día es lo que se lleva, que éste dato me beneficiaría a corto o largo plazo.
La tecnología avanza pero el ser humano sigue siendo el de siempre. Cada vez veo más gente durmiendo en la calle pero los móviles en los escaparates ahora son digitales.
Parece que es más importante asegurarnos poder ver una película antes que estrene que ponernos al día con los grandes clásicos que "hay que ver". Matemos un par de focas a palazos y esperemos a que el FBI venga a decirnos basta, que ya está bien.
Un biólogo me comentaba el otro día que casi nadie lo sabe pero que el atún se extinguirá de aquí a diez años y que es imposible detener esta tendencia. Los pesqueros "no pueden" respetar las medidas mínimas y la demanda es más poderosa que cualquier análisis de natalidad-mortandad. Estamos obligados a consumir y destruir decía, si te cuidas de no hacer esto perjudicas aquello. Le dije que estaba equivocado, que yo me pase un año en un campo y no necesitaba nada más... sólo una vez por semana ir al almacén a por mi lata de atún.











No hay comentarios:

Publicar un comentario