21 de diciembre de 2020

PELOTERO

 

ÚLTIMO PROGRAMA


Cada viernes a las 21 hs salté a la radio vía instagram como quien sale al amor. Evadí la práctica de reuniones por zoom y me hundí en el regazo radial con ojos de videotape. Un lugar donde soy. El pelotero de mis cuarenta.

Camino al programa número 160 me preguntaba ¿Qué es esto que tanto nos maravilla? Una propuesta que no alude a la coyuntura, a la temperatura, ni al escándalo de la semana. Un formato atemporal más afín al podcast que al magazine semanal.

Durante cinco temporadas “la agenda” permaneció confinada a una charla, a la publicación de una novela o la presentación de un libro de poesías.

Arribamos a cada emisión con el material leído. Logramos conversaciones entrañables con escritoras, escritores, poetas, músicos y dramaturgos. El programa nos aleccionó y salimos mejorados.

Mientras rebuscaba el cargador, rumié: ¡Cuánto mal nos hacen los credos y los fanatismos!

En Manual de Perdedores no tenemos obcecaciones. Es un programa sin versus.

Cohabitan el suburbio de Arlt y el garbo de las Ocampo. El desparpajo de la poesía de Cucurto y la hermandad literaria de las Brontë. La reminiscencia al peronismo y la referencia indeleble a Borges. El realismo mágico y el ensayo altisonante. Somos eternos principiantes, mezclamos la literatura con la vida (porque la vida sin ficción es un infierno)

 

Si el mundo fuese claro, la radio y el arte no existirían. Estamos al aire no solo por los programas que hemos escuchado. Hacemos radio también por quienes continúan contagiando desde sus espacios las ganas de estar frente al micrófono.

En el transcurso de varios viernes vi la cara de July parsimonioso que me decía con su mirada:

— ¿Para qué la radio, pa?

 

Es entendible. En el colegio asimilan de lunes a viernes que las cosas tiene un para qué. Desde las plataformas plagadas de tarea hasta tik tok, el capitalismo vestido de cordero se oculta y da un mensaje propagandístico permanente… ¿PARA QUÉ? «Quédate en el molde que ya está todo dicho, nene» Mientras cargo el termo para el mate tarareo como un mantra: «Este asunto está ahora y para siempre en tus manos, nene.»

Es cierto, nos ganan por goleada. El modelo capitalista es el dueño de la pelota. El pez más grande se come al más chico. Así las cosas cargamos nuestras ganas y apuntes e insistimos con un programa sobre libros en la trinchera de una propuesta alternativa.

Son las 8.45 pm. Alcanzo a tocar el botón de “vivo”. Guille me da el ok, Fabian de Vita levanta el pulgar, a la espera de un nuevo invitado que nos convida su arte en forma de verso. Todo listo para comenzar con el show.

Al cabo de cinco temporadas poetas, novelistas y narradores en un clima de sobremesa reversionaron sus poemas y nos conmovieron al aire. Quedamos turulatos ante tanta divinidad. Los oyentes y nosotros, agradecidos.

Creo que alguna vez, cómo postulaba Gelman, condecorarán al poeta por usar palabras como fuego, como sol, como esperanza, entre tanta miseria humana, tanto dolor sin ir más lejos.








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