26 de septiembre de 2015

MALOGRADOS










No está mal de vez en cuando putear un poco. Hasta diría que es saludable. Sin embargo, es cada vez más habitual leer o escuchar a personas que uno conoció en otras etapas de la vida (con algo de lucidez incluso) con tanta virulencia en sus opiniones y sus acciones.
Es tanta la bronca que mastican que ni siquiera te invitan a reflexionar e intercambiar ideas. Es como si quedara algún trauma sin resolver, algo residual dando vueltas y encuentran en un conductor de televisión, un jugador de fútbol, un funcionario público o lo que es peor, un familiar cercano o amigo, el chivo expiatorio para canalizar sus fracasos. Nos encontramos, a mi entender, con un tema de fondo más que de forma.

Pienso que lidiar con el rencor y la frustración es difícil que se modifique de un día para el otro con un mero cambio de plantel del equipo de tus amores, de un formador de opinión mediático que salga del aire, del muñeco de turno a quien se critica con saña o de un gobierno, atropellando la voluntad popular. No digo que uno no pueda enfurecerse e indignarse de vez en cuando, tampoco quiero incitar a vivir en la algarabía permanente.
Creo que aquel que indaga con decisión su historia se da la oportunidad certera de orientar su deseo genuino. Hay quien no se pregunta nada y vive su engaño feliz. El embrollo se arma el día en que el cuerpo se manifiesta. Vivir molesto sin ir al nudo del quilombo (personal) termina afectando al cuerpo, la mente y el juicio.
El placer es una obligación psicológica. Cierto perfil de gente cree que putear y criticar todo el tiempo los convierte en “los más pulenta de la cuadra” o lo que es peor, los hace más dignos y decentes. En definitiva, la vida es una sola y no es bueno vivir con el odio en el pecho.







2 comentarios:

  1. Estela Pain: Hola!!! Que paso????
    Raúl Haurat: Hola, no pasa nada. Un pensamiento en voz alta, nada mas. Vos todo bien?
    Sergio Geller: tal cual, son unos tiempos raros los que estamos viviendo, y me parece hasta saludable putear asi como tambien el reirse, es muy cierto eso del que putea y piensa que al hacerlo se empodera y se diferencia del resto, por cierto no es asi, Que tengas un buen fin de semana!
    Raúl Haurat: Si, claro. Reírse es saludable también. Pareciera que la alegría es patrimonio de la frivolidad y ser critico un foro donde solo caben los bien pensantes. No se, habrá que revisarlo. Abrazo!
    Valeria Lopez Finamore: Muy bueno! Como todo lo q escribis Emoticono smile
    Viviana Wright: Impecable!!!!
    Paula Florit: Muy bueno Raúl, tan real, tan verdadero, con tanta sensibilidad. Es necesario leerlo con el corazón y apartar de uno la mente para poder descubrir que es lo que siente quien escribe....Me gustó mucho... tiempor de risa, tiempos de enojo también, tiempos de sinceridad, tiempos de dar y dar.... a quien espera, a quien te ama.... tiempos de recibir.... buenisimo. beso
    Elba Ferenesa: Muy buena reflexión!
    Malala Prel: Ayer escuché en un programa de radio una frase que me fascinó. Lamento no recordar el autor, parecía que era alguien importante. Decía: " El INDIGNADO MORAL CREE QUE POR INDIGNARSE, ES DIGNO", en obvia referencia a los puteadores morales. Colocaba en e...Ver más
    Margarita Bayruti: Muy bueno Raúl, es verdad que somos una sociedad violenta, cada vez más, y como toda enfermedad psicológica, no nos damos cuenta. Nos vemos como normales, también en Alemania antes de la 2da guerra mundial la sociedad se veía normal. Después de los años de dictadura quedamos tan violentos como el sistema milar que supimos soportar, y los que extrañan esa época son los mismos que hoy hacen de la violencia su cotidianeidad.

    Zulma Peralta: Muy buenoooo!!!!
    Marian Prieto: No, no es nada bueno vivir así... Vida sólo hay una y cuando te enfrentas a un problema grave, como la enfermedad o la pérdida de un ser querido aprendes a relativizar todo. En el fondo los "puteadores" son inseguros e infelices, la mejor arma contra ellos ; ignorarlos.
    Y, como siempre, tus pensamientos están plasmados magníficamente.
    Besos estelares, ya sabes.

    Martin David Lauria: Parafraseando a un cantante romantico "hay que celebrar la vida" de eso se trata no?......Amanece que no es poco, salud Raul!!!!

    Susy Sa: Muy bueno Raúl!!! es verdad lo que decís. pero yo en mi fuero interior no puedo dejar de putear a la fuerza Cambiemos. Y, los puteo, porque yo no quiero ese cambio. Yo siempre digo que dentro mio tengo a "mierdalin" y "mierdalon" (esto no es mio. Es de Eduardo gGudiño kKieffer, escritor argentino y de su novela "Para comerte mejor") mierdalín es mi lado bueno, que es el que prevalece la mayor parte de mi vida y mierdalón es mi lado enfermo, con algunos odios y, ese, lamentablemente es el que me hace insultar ciertas cosas. Te mando un beso amigo. Lo mio también debe ser la edad!!!!
    Beatriz Attwell : Como siempre muy bueno Raúl!! Todo un tratado filosófico, casi....
    Magdalena Ruiz Guiñazu: Comparto plenamente Raul. Dolina dijo hace ya unos años atras: "estamos viviendo una epoca en donde a nadie le interesa pensar en abstracto".

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  2. Franco Romagnuolo: Me parece que en tu reflexión hay dos cuestiones que están chisporroteando. Por un lado la cultura de la queja. Nadie puede negar que la queja es una característica ¿embrionaria? de eso que llaman argentinidad. Supongo que no casualmente el tango es una de nuestras expresiones culturales más importantes: decía Discépolo "como olvidarte en esta queja, cafetín de Bs As", etc etc etc...Y por otro lado, el uso catártico de las redes sociales -como un ágora patética- donde muchas veces se manifiestan egos y miserias. Donde se replican hasta el hartazgo frases apócrifas atribuidas a pensadores inexistentes. Donde se quejan de aquellos que cobran planes de asistencia, que supuestamente viven como jeques, y, paradojicamente, el quejoso (que cobra el plan multiplicado por diez o más) se queja por no llegar a fin de mes. Donde se protesta por algo que no sabe si realmente ocurrió, pero por las dudas hay que quejarse. Me parece que la queja en el contexto de las redes sociales es un maridaje inevitable, urticante, tan argentino como el queso y dulce o el vino con soda.
    Raúl Haurat: Gracias a todos los comentarios, Franco, muchas gracias por haberte explayado y comparto con vos. Por un lado creo que la cuestión de la argentinidad tiene (si es que la hay) alguna explicación en varios factores, sin ser un experto en la materia creo que nuestros abuelos y bisabuelos, los inmigrantes que llegaron a principios del siglo xx, venían escapando de la guerra, del hambre y la miseria. Allí reside una nostalgia natural de volver (inconsciente quizás) de donde no eligieron irse. Tuvieron que lanzarse a la aventura de la inmigración forzada para sobrevivir y trajeron bajo el brazo sus músicas, como la tarantela, el paso doble. De esa mezcla nace el cuarteto por ejemplo, un ritmo alegre. El tango, por su parte, como emblema de lo que no pudo ser ( la mujer amada, el barrio de la infancia, la casita de los viejos, traiciones, exilios etc) trae al inconsciente hacia afuera y la pena y la añoranza se apoderan de la poesía de los grandes plumas que dio el 2 x4. En cambio, nos encontramos con el país vecino de Brasil, que en su música no se evoca (como en Jamaica) volver al África o a Portugal porque muchos de los que habitaron las tierras brasileras eran esclavos en sus países de origen. Todo lo contrario, querían salir de donde estaban y encontraron en su nuevo país la esperanza de vivir en libertad ( algo que costo pero llegó con la abolicion de la esclavitud) que no tenían, además traían el latir de la música afro y lo plasmaron en su arte. Me costaría encontrar en la samba o en la bossa un registro melancólico, hasta diría que son incompatibles. Es decir, hay en la raíz de la argentinidad algo fragmentario y en ese sueño trunco yace lo particular y la identidad sobre todo de la cultura rioplantense. En cuanto al quejoso como decís, entiendo que es una condición que transciende la idiosincrasia de un lugar, escribí un pensamiento en voz alta ante tanta efervescencia y verborragia facebookial. Tenía ganas de poner en palabras esta sensación de sentir cada vez más personas que quiero y respeto transitan por ese registro lamentable de quejarse, denunciar, levantar el dedo desde un lugar improductivo. Ojala no caiga yo en esa también, ¿porque viste cómo es? Estamos todos a 5 minutos de irnos a la mierda cuando algo se pone de moda. ¿Acaso alguien publica fotos con el jopo o los pantalones nevados? Bienvenidas las discusiones con fundamentos que son parte del queso (ruso) y dulces (16) o el vino con soda (stereo) de nuestra querida argentinidad. Para discusiones sin sentido estamos los borrachos del bar, que hablamos todos al mismo tiempo y nadie se pelea con nadie. ¡Un abrazo grande!

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