23 de agosto de 2014

CUERVOS DE AMERICA



San Lorenzo nació hace 106 años para ser en estos tiempos de dictadura pragmatista, el quijote de la sonrisa empecinada, el último bohemio de la poesía tablonera, el antídoto contra la desesperanza.
Gracias a tío Juanqui, a los Camboyanos, al Flaco Rifourcat, Walter Perazzo, al Pipi, al Beto, uh…
A Mirko Saric y a mi viejo que están jugando un cabeza en algún lugar del cielo cuervo.


 ¡¡¡Vamos Ciclón, carajo!!! Vamos campeón!!!














13 de agosto de 2014

WELCOME TO CLORINDA






En la fonola de Pizza Boom, sin moneda y sin cospel repiqueteó una cumbia. El vigilante de Rivadavia y Baradero entró a la pizzería, mangueo una de muzzarella y oyó una conversación. Ella dijo que era de Clorinda y el de San Hilario, se los notaba muy complacidos de estar allí. No comían ni bebían, solo bailaban.
Llegaban de un lugar, dijeron, donde ya no importa tanto lo que importa. El cobani creyó escuchar algo sobre Formosa pero hablaban en guaraní. Omitió el dato y displicente cruzo la avenida. En la estación de servicio de enfrente giró para echar un vistazo, y distinguió dos luces blancas lanzadas hacia el cielo. Pensó que algún cuervo se anticipó al festejo y regresó sobre sus pasos. Advirtió a dos sospechosos con pelo largo que venían de Falcón.
Moduló al móvil más cercano para prevenir. Uno vestido de negro, una remera con una H blanca estampada en el pecho y el otro, algo picadito, con peinado de mujer y vestido con un jardinero de jean.

Cuando el patrullero arribo, los rockeros ya no estaban allí. En Floresta, a veces, pasan cosas extrañas.






6 de agosto de 2014

EL NIETO DE ESTELA








Hoy fue un día donde la historia de lucha en paz y con amor se vuelve justa. Hoy Estela de Carlotto dijo "No quería morirme sin abrazarlo y lo voy a hacer". Han pasado 37 años con sus días y sus noches, como en un cuento kafkiano sin la arquitectura gótica y romántica de la ciudad de Praga como marco. 
Estela esperó paciente y hoy debe sentir que la lucha no fue en vano. Estela fue, es y será un ejemplo para todos nosotros. Un ejemplo de perseverancia, de la búsqueda de la verdad y de justicia en paz y amor. 
Fue un ejemplo para mí cuando pateé durante un par de años los claustros de los tribunales porteños, en mucho menor escala, ¡claro está!, con la esperanza de lograr un régimen de visita razonable para ver a mi hijo. 
Juzgados con escaleras estrechas, ascensores abarrotados de abogados, despachos repletos de expedientes y eternas esperas en los pasillos con vista al techo de chapa oxidado de un supermercado chino. 
Mientras a 400 kilómetros estaba mi vieja que aceptaba con hidalguía la situación. Naturalizando la sinrazón para no levantar el avispero. Lejos de dramatizar tejía chalecos, gorras y bufandas para el próximo invierno sin certeza alguna, de cuando iba a conocer a su nieto. “En una de esas el frío continúa y se lo podes llevar. Por lo que vi en la última foto que me enviaste el rojito que te terminé, le va a quedar medio chicón” me decía por teléfono. Sólo Dios sabe por dónde andaría su cabeza en esos dos largos años.

Pensaba en Estela, en las cosas que tuvo que vivir en estas casi cuatro décadas y pensaba también en los hijos de puta que brotan cuando la vida te pega duro. Las actrices y actores grotescos y miserables, que se presentan como en un casting para una película bizarra de bajo presupuesto, que ven en la convocatoria una oportunidad para lograr algo de notoriedad. Confieso que hubo días que miraba alrededor y buscaba un guiño, una señal, un asistente de cámara, al director que me dijera: - última toma... Silencio... Grabando…- y que terminara la pesadilla. Pero no fue así.

Yo creo que hay dos clases de personas: Los espectadores y los protagonistas. Los primeros son aquellos que tienen el conejo más grande que la galera, los que se suman al desconcierto para ver que ventaja pueden sacar. Los cómplices, los encubridores, las ratas que tiran la piedra y esconden la mano. Los que desfilaron a avalar una mentira ya sea por mezquindad, miedo, obediencia o conveniencia. Los que fueron a sumar su grano de arena a un expediente engañoso y embustero, a separar -y esto es lo más grave- a un bebé de su abuela.
Los protagonistas en cambio, son los que ante una situación delicada miran, observan, esperan y saben contemporizar. Desensillar hasta que amanezca, como dicen en el campo, para actuar con discreción y sensatez. 

Estela, sin dudas, pertenece al segundo lote. A veces siento que para vivir en un mundo mejor todos deberíamos haber sido criados para criar. 
La suerte son los padres - decía Facundo Cabral; comparto su opinión. En ese sentido yo tuve mucha suerte: mi vieja, "La Maru", la que me acompaño a transitar una pesadilla con un final feliz. 
Hoy mi viejo hubiese cumplido 68 años. Hoy el sueño de muchos argentinos ( la mayoría quiero creer) se cumplió con la enorme emoción que sentimos al saber que Guido fue recuperado. 
Un nieto más, el nieto de Estela.