1
Papá
tenía un disco de los Chalchaleros: “sus grandes éxitos”. Un álbum del año ´74
que escuchaba una y otra vez. Ese larga duración, con la tapa desteñida,
resumía todo el repertorio de las guitarreadas en casa: De mi esperanza, Sapo
cancionero, La López Pereyra, Lloraré, Jamás, Zamba del grillo, Yo vendo unos
ojos negros.
Todas
esas canciones narraban historias escritas por enormes poetas como Atahualpa Yupanqui,
Armando Tejada Gómez y Jaime Dávalos.
2
Poesías
redactadas por letrados, auténticos coplistas que lograron absorber los modos
del habla de sus pueblos, de la calle, de la oralidad popular y encontraron la
modulación necesaria para que eso vuelva al barrio, a los suburbios y sea
reabsorbido y tomado como propio.
3
Mientras
que en el colegio primario leíamos “Don Segundo Sombra” de Ricardo Guiraldes y
cuentos como “La guerra gaucha” de Leopoldo Lugones, a través de las tertulias
familiares, sonaban estrofas como “Yo sé de tu vida/ sin gloria ninguna/se de
la tragedia/ de tu alma inquieta/ y esa tu locura/ de adorar la luna/ que es
locura eterna/ de todo poeta”. Versos que se escurrieron por alguna de las
hendijas de mi memoria.
4
FABIAN
CASAS
El año
pasado, en el Centro Cultural Recoleta, Fabián Casas dictó un Taller de
escritura “Como encontrar poesía en el motor de un auto”. Me gustó la idea del
título del taller, encontrar poesía en cualquier parte.
Fabián
decía que "hay que despegarse. Salir de lo que se quiere decir para
escuchar la voz de tu poema. A la poesía no se la define, se la reconoce."
Vuelvo
a las peñas organizadas en casa, ahí escuchábamos versos conmovedores. También
en esas comidas preparadas con tanto amor, en el tiempo dedicado al baño, a
peinarnos, hacernos el dobladillo para sacarnos a pasear y en los cuentos
leídos antes de dormir. Todo estaba atravesado por la poesía.
5
Caí
tarde que en esas guitarreadas se inventaba, se improvisaba. Los tíos se
olvidaban las letras y vi mis primeros raps en esas payadas, ¡Claro! había
perdido el peronismo ante el radicalismo de Alfonsín y esos tíos indignados
opinaban cantando.
La
música era solo un soporte, la música acompañaba. Lo principal era la letra,
era lo que se decía. Era muy loco escucharlos con esa capacidad repentista, de
improvisación, de hablar con ritmo. Como en el rap o la payada tenían ingenio,
valoraban el aquí y el ahora, y con recursos mínimos.
6
U NA
OPOR TU NIDAD
Recuerdo
al tío Juanqui en búsqueda de una oportunidad en Buenos Aires, y así como en la
vuelta del Martin Fierro, José Hernández que nos cuenta la adaptación obligada
del gaucho a las nuevas condiciones sociales. En mi infancia a ese gaucho
representado por Fierro ya no se lo veía tanto en la pampa. Lo encontrabas con
un bolsito en Constitución, con la cara curtida, colgado de los trenes como
mandril con la espalda marcada por cargar un bolso viejo.
7
Changarín
que arribaba a "la Capital" para ganarse el mango. Muchacho que tenía
un modo de hablar, y no sé cómo y de qué manera, fue dejando de lado el
lenguaje de las zambas y sobrevino en una cumbia neo-colombiana, hasta confluir
en la cumbia de Pablito Lezcano y sus Damas Gratis. Hoy ese pibe ya es abuelo y
sus hijos escuchan a Wos. Una de las figuras más significativas de
improvisación vocal (freestyle)
Tenían
un modo de expresarse en la voz desafiante de los derrotados, en el lamento de
los excluidos. Excluidos de todas las épocas, como lo fue el gaucho alguna vez.
***
8
La
gauchesca es un género escrito, redactado por un letrado, que logró absorber
los modos del habla popular, y encontró también la modulación necesaria para
que eso vuelva a los suburbios y sea reabsorbido y tomado como propio. Está en
la gauchesca, está en el tango, está en criollismo urbano de Borges, todos
trabajaron con las voces populares.
Si bien
la gauchesca llega a su apogeo con el Martín Fierro, a veces me pregunto ¿dónde
está HOY el libro escrito para el pueblo?
9
LA
LENGUA DE TINTO BARATO
La
lengua es algo vivo, muta, varía y la gauchesca es una demostración de eso,
porque es el lamento del gaucho excluido y derrotado por el maltrato de Buenos
Aires que no encontró su voz hasta José Hernández.
Cuando
era pibe esos gauchos acertaban en las guitarreadas la gloria de tinto barato y
sin soda. Tipos con tranco cansado. Años de poner el pecho cargando los sueños,
masticándose las ganas, esperando un gargajo del cielo para tanta sed.
***
10
Con los
años entendí que en las comidas preparadas con tanto amor, hacernos el
dobladillo para sacarnos a pasear y en los cuentos leídos antes de dormir
habitaba la poesía. Soñábamos con tocar la guitarra. Siempre voy a celebrar que
soñemos, porque el soñador como el romántico son las clases más valiosas del género
humano. El romántico es el que inevitablemente escucha más de lo que la
orquesta está tocando. El soñador es el que intenta convencernos de que algo
que no existe, existe.
Existe
otra realidad, la verdadera, que perdemos de vista. Esa otra realidad siempre
nos está enviando señales, que, sin arte, no podemos recibir.
11
Y
SALTA... Y SALTA
El
disco “Caravana” de Wos contiene el exitosísimo Canguro, un tema que funcionó
como adelanto del álbum que generó 44 millones de visitas desde hace sólo
cuatro semanas.
Canguro
generó lo que suelen despertar las noticias en las redes sociales. “No para de
toser trabajando doce horas. Cobra dos monedas al mes pa´mantener cuatro
personas. Y no me hables de meritocracia, me da gracia, no me jodas. Que sin
oportunidades esa mierda no funciona”, dice el rapper en una parte del tema en
el que no le tiembla la voz para referirse a la realidad que observa.
Para
terminar, estoy convencido que la verdadera función del artista es dar una
visión fresca a su propia generación. Mientras "Los Chalchaleros, sus
grandes éxitos” (ahora en formato CD) convive en mi discoteca con
"Caravana" de Wos canturreo: "Mándale gas, no te perdás,
acordate en dónde estás. Fijate siempre de qué lado de la mecha te encontrás"