Sabemos que el amarillo, el rojo y el azul son los
colores primarios y el naranja, el violeta y el verde los secundarios. De
muy chicos acunamos la idea de combinar los colores como parte del juego. Si algo
experimentamos quienes tuvimos la experiencia de pintar en un lienzo es el
apaño de las yuxtaposiciones, las transparencias del óleo, la fidelidad del
acrílico, las tonalidades, los matices.
Quizás
sea el momento de dejar a un costado del camino las palabras pomposas, de pinceladas barrocas para retornar lo que realmente importa: salir a ver, como pedía
Solari, que pinta en la pared la tribu de nuestra calle.
Muy pronto nos
cruzaremos para continuar con nuestra empresa de pintar nuestra aldea, de salir a exhibir
nuestra mirada, nuestros colores. Los pomos están en punta ávidos de desparramarse por la paleta
de madera y plasmarse en nuestros muros, en nuestras calles, de una vez y para siempre.