Es muy
difícil toparse en la lírica de Blues Motel con odas a la birra, a la esquina o
en contra de la yuta.
Las plumas de Gaba Díaz y Adrián Herrera no invocan a la demagogia ni al golpe bajo. Son historias que traen en sus equipajes melodías que florecen en el Rio de la Plata cuando se congrega con el delta del Tigre en un aliento con influjos de la proto psicodelia de Between the buttons, el sigilo del Fleetwood Mac de Peter Green, la épica del Spinetta maldito post Pescado Rabioso con un sonido y estilo propio. Un registro notable y personal que desplegaron en un gran show en el Teatro Vorterix cuando festejaron los 20 años de “Mientras las guitarras suenen”.
Los invito a escuchar una canción de Blues Motel, allí están reunidos gran parte de los 50 años del rock local. De aquel show en el teatro Santa María en la presentación de Volumen 1 hasta hoy, su música me ha acompañado en este periplo de mil mudanzas.
Las plumas de Gaba Díaz y Adrián Herrera no invocan a la demagogia ni al golpe bajo. Son historias que traen en sus equipajes melodías que florecen en el Rio de la Plata cuando se congrega con el delta del Tigre en un aliento con influjos de la proto psicodelia de Between the buttons, el sigilo del Fleetwood Mac de Peter Green, la épica del Spinetta maldito post Pescado Rabioso con un sonido y estilo propio. Un registro notable y personal que desplegaron en un gran show en el Teatro Vorterix cuando festejaron los 20 años de “Mientras las guitarras suenen”.
Los invito a escuchar una canción de Blues Motel, allí están reunidos gran parte de los 50 años del rock local. De aquel show en el teatro Santa María en la presentación de Volumen 1 hasta hoy, su música me ha acompañado en este periplo de mil mudanzas.
Blues
Motel sigue rodando, porque piedra que rueda no junta musgo y en estos tiempos
que corren, no es poca cosa.