25 de noviembre de 2021

BIG DATA

 

 

Envuelto en una vendaval de ausencia

 

Desciendo de un trip desértico

 

Tomo dominio en una estación súbita

 

deshecho, enclenque, muerto de frio

 

 

Se fueron en tan poco tiempo

 

que abrigo la conmoción,

 

de un exilio sin visado

 

sobre una brusca mutación.

 

 

Se fueron tantos en tan poco tiempo

 

que un grito rebota en un frontón

 

y un aliento exasperado se tuerce

 

en la turbulencia de Colón

 


 

La belleza y la muerte

 

hermanas terribles a la par que fecundas,

 

compadecieron en su big data

 

de embragues que no llegan a segunda





23 de noviembre de 2021

POESÍA EN EL MOTOR DE UN AUTO

1

Papá tenía un disco de los Chalchaleros: “sus grandes éxitos”. Un álbum del año ´74 que escuchaba una y otra vez. Ese larga duración, con la tapa desteñida, resumía todo el repertorio de las guitarreadas en casa: De mi esperanza, Sapo cancionero, La López Pereyra, Lloraré, Jamás, Zamba del grillo, Yo vendo unos ojos negros.
Todas esas canciones narraban historias escritas por enormes poetas como Atahualpa Yupanqui, Armando Tejada Gómez y Jaime Dávalos.

2

Poesías redactadas por letrados, auténticos coplistas que lograron absorber los modos del habla de sus pueblos, de la calle, de la oralidad popular y encontraron la modulación necesaria para que eso vuelva al barrio, a los suburbios y sea reabsorbido y tomado como propio.

3

Mientras que en el colegio primario leíamos “Don Segundo Sombra” de Ricardo Guiraldes y cuentos como “La guerra gaucha” de Leopoldo Lugones, a través de las tertulias familiares, sonaban estrofas como “Yo sé de tu vida/ sin gloria ninguna/se de la tragedia/ de tu alma inquieta/ y esa tu locura/ de adorar la luna/ que es locura eterna/ de todo poeta”. Versos que se escurrieron por alguna de las hendijas de mi memoria.

4
FABIAN CASAS

El año pasado, en el Centro Cultural Recoleta, Fabián Casas dictó un Taller de escritura “Como encontrar poesía en el motor de un auto”. Me gustó la idea del título del taller, encontrar poesía en cualquier parte.
Fabián decía que "hay que despegarse. Salir de lo que se quiere decir para escuchar la voz de tu poema. A la poesía no se la define, se la reconoce."
Vuelvo a las peñas organizadas en casa, ahí escuchábamos versos conmovedores. También en esas comidas preparadas con tanto amor, en el tiempo dedicado al baño, a peinarnos, hacernos el dobladillo para sacarnos a pasear y en los cuentos leídos antes de dormir. Todo estaba atravesado por la poesía.

5
Caí tarde que en esas guitarreadas se inventaba, se improvisaba. Los tíos se olvidaban las letras y vi mis primeros raps en esas payadas, ¡Claro! había perdido el peronismo ante el radicalismo de Alfonsín y esos tíos indignados opinaban cantando.
La música era solo un soporte, la música acompañaba. Lo principal era la letra, era lo que se decía. Era muy loco escucharlos con esa capacidad repentista, de improvisación, de hablar con ritmo. Como en el rap o la payada tenían ingenio, valoraban el aquí y el ahora, y con recursos mínimos.

6
U NA OPOR TU NIDAD

Recuerdo al tío Juanqui en búsqueda de una oportunidad en Buenos Aires, y así como en la vuelta del Martin Fierro, José Hernández que nos cuenta la adaptación obligada del gaucho a las nuevas condiciones sociales. En mi infancia a ese gaucho representado por Fierro ya no se lo veía tanto en la pampa. Lo encontrabas con un bolsito en Constitución, con la cara curtida, colgado de los trenes como mandril con la espalda marcada por cargar un bolso viejo.

7

Changarín que arribaba a "la Capital" para ganarse el mango. Muchacho que tenía un modo de hablar, y no sé cómo y de qué manera, fue dejando de lado el lenguaje de las zambas y sobrevino en una cumbia neo-colombiana, hasta confluir en la cumbia de Pablito Lezcano y sus Damas Gratis. Hoy ese pibe ya es abuelo y sus hijos escuchan a Wos. Una de las figuras más significativas de improvisación vocal (freestyle)
Tenían un modo de expresarse en la voz desafiante de los derrotados, en el lamento de los excluidos. Excluidos de todas las épocas, como lo fue el gaucho alguna vez.

***

8

La gauchesca es un género escrito, redactado por un letrado, que logró absorber los modos del habla popular, y encontró también la modulación necesaria para que eso vuelva a los suburbios y sea reabsorbido y tomado como propio. Está en la gauchesca, está en el tango, está en criollismo urbano de Borges, todos trabajaron con las voces populares.
Si bien la gauchesca llega a su apogeo con el Martín Fierro, a veces me pregunto ¿dónde está HOY el libro escrito para el pueblo?

9
LA LENGUA DE TINTO BARATO

La lengua es algo vivo, muta, varía y la gauchesca es una demostración de eso, porque es el lamento del gaucho excluido y derrotado por el maltrato de Buenos Aires que no encontró su voz hasta José Hernández.
Cuando era pibe esos gauchos acertaban en las guitarreadas la gloria de tinto barato y sin soda. Tipos con tranco cansado. Años de poner el pecho cargando los sueños, masticándose las ganas, esperando un gargajo del cielo para tanta sed.

***

10

Con los años entendí que en las comidas preparadas con tanto amor, hacernos el dobladillo para sacarnos a pasear y en los cuentos leídos antes de dormir habitaba la poesía. Soñábamos con tocar la guitarra. Siempre voy a celebrar que soñemos, porque el soñador como el romántico son las clases más valiosas del género humano. El romántico es el que inevitablemente escucha más de lo que la orquesta está tocando. El soñador es el que intenta convencernos de que algo que no existe, existe.
Existe otra realidad, la verdadera, que perdemos de vista. Esa otra realidad siempre nos está enviando señales, que, sin arte, no podemos recibir.

11
Y SALTA... Y SALTA

El disco “Caravana” de Wos contiene el exitosísimo Canguro, un tema que funcionó como adelanto del álbum que generó 44 millones de visitas desde hace sólo cuatro semanas.
Canguro generó lo que suelen despertar las noticias en las redes sociales. “No para de toser trabajando doce horas. Cobra dos monedas al mes pa´mantener cuatro personas. Y no me hables de meritocracia, me da gracia, no me jodas. Que sin oportunidades esa mierda no funciona”, dice el rapper en una parte del tema en el que no le tiembla la voz para referirse a la realidad que observa.
Para terminar, estoy convencido que la verdadera función del artista es dar una visión fresca a su propia generación. Mientras "Los Chalchaleros, sus grandes éxitos” (ahora en formato CD) convive en mi discoteca con "Caravana" de Wos canturreo: "Mándale gas, no te perdás, acordate en dónde estás. Fijate siempre de qué lado de la mecha te encontrás"










14 de junio de 2021

TUYO SIEMPRE

 






CAPITULO XIII

ÚLTIMA SESIÓN

 


— ¿Vos crees que terminé el duelo de Vera?

— El duelo es derrotar un fantasma para crear un recuerdo. —  me dijo Renato con una inflexión de despedida.

— Entonces, el duelo es el olvido.

— Al contrario, es sacarse de encima una presencia torturante para tener un recuerdo que cada tanto te sacará una sonrisa, un “menos mal que me fui de ahí”


Vera se había atornillado en mis entrañas como un virus, lo supe en el primer beso. Fue mi matadero y mi cruz. La advertencia de toxic alert arrolló la pantalla, pero no me importó.

Siempre hay una vacuna, una sesión o un párrafo para encapsular el ramalazo. Y si nada de todo esto es suficiente emprendo mi camino hacia la costa; el mar es un antiguo lenguaje que ya no alcanzo a descifrar.

Durante seis meses me enamoré de cómo era yo cuando estaba con ella. Hay amores que emergen sólo para fundar el hecho poético, otras veces hay pasiones que son sólo la purga de un alma eclipsada por un berrinche.

Con el boom de las redes sociales hubo una purificación de berretines sin zanjar que tuvieron una oportunidad. Fue peor el remedio que la enfermedad, lo único que trajo el acercamiento virtual fue revalidar que si la distancia persistió durante años, fue por algo. Ella no me nombraba, me decía "compañero" ¡Qué importante hubiese sido que me dijera por mi nombre! Ahora que lo pienso lo agradezco porque hubiese sido más espinosa la gesta del olvido.

Pensaba mantenerme abstemio pero sin ayuda fue imposible, en un momento de angustia concebí que la única solución fuera morirme. En el grupo de alcohólicos anónimos de la Iglesia de San Expedito conocí a Estela. Ella fue mucho más que una líder de grupo. Me entendía, había pasado por el mismo infierno. Me hizo comprender que el alcoholismo era una enfermedad. "Te seca el alma, Maurito"


¿A QUÉ HORA EMPEZÓ LA DESGRACIA II?

La primera vez que probé vino fue al lado de papá. A los diez años era el mejor lugar que se podía estar. Ahora que lo pienso no hubo una silla más preciada.

— Tomá, tomá un poquito.

— Pa, ¿Qué va a decir mami?

—  Nada, hoy no va a decir nada. Es un secreto entre vos y yo. Un chorrito nomás. Métele más soda. Es por hoy nomás.

El Termidor rebajado con soda no estaba nada mal. Ese miércoles “Grandes valores del Tango” salió grabado. Soldán leyó un discurso apenado. Cenamos en silencio. Nadie habló. Yo no quería hablar. ¡A ver si todavía se daban cuenta que había tomado vino! Mamá no lo sabía, papá sí. Era nuestro secreto.

Mi viejo me convido a participar en su dolor de alguna manera. Había fallecido Jorge Falcón. Era como velar a un familiar que jamás vimos mientras comíamos albóndigas con fideos de moño. Más de tres décadas para deducir ese gesto. Lo que daría por un vasito de vino más con él. ¡Lo que daría!

Una tarde de febrero, fuimos con papá a autorizar unas órdenes para sus remedios: el Lotrial, (“el Gran Lotrial”, parece un teatro de alguna localidad bonaerense) el Enarapril, cada vez que lo nombro canturreo… enarapril el ritmo tibio... de mi chiquito... y otros medicamentos más que ahora no recuerdo. A mi viejo ya le habían amputado una pierna, estaba embromado.

 — Vamos caminando — me dijo papá parado sobre sus muletas.

— ¿Te parece, pa?

— Sí. Vamos caminando.

La temperatura era asfixiante. Nos metimos en la pizzería “La Continental” de Belgrano y Entrerrios. Papá transpiraba como testigo falso. No podía tomar más, era una orden de su médico. Si lo dejabas se clavaba tres botellas de cerveza por día.

Pedimos la carta, se acomodó en su silla. Recuerdo que tenía los lentes de aumento empañados.

— Pa, tenes los lentes sucios. Los voy a lavar con jabón líquido.

—  ¿Dónde?

— Ahí en el baño. Quedan bárbaros como con el detergente…

 

Mi viejo atinó a sacarse los lentes. Lo hizo en cámara lenta.

— Ya vuelvo. Pedime tres empanadas de carne y algo para tomar – le dije. 

Sus ojos cansados detrás de los vidrios velados buscaban una aprobación. Me sentí poderoso en esa situación. Tenía que definir que íbamos a tomar mientras una pantalla transmitía un partido de la Bundesliga y afuera hacia treinta y cinco grados de sensación térmica.

Lo llamé al mozo, miré a mi papá desarmado, sin el poder de Grayskull de un colorado corto en sus manos. El mismo que sufrió la ida de mi vieja el mismo año de la muerte de su madre.

— Un vino tinto, agua con gas y mucho hielo — dije al tiempo que papá recuperaba el talante. Fue la última vez que tomamos juntos. Dos meses, veinte tres días y un par de horas después, se murió.

Gusti dice que el vino siembra poesía en los corazones. Yo no encontré menciones ni rimas con el Lotrial o el Enalapril en ninguna poesía. ¡Esas pastillas! Había un horario para tomarlas. ¿Cómo voy a poner una alarma para tomar un Malbec? Todavía no termino de tragar el caramelo de su ausencia. 

A veces la muerte libera, sobretodo del sufrimiento. Cuando uno sufre tanto le pide a Dios si cree y a Dios también si no cree que la parca llegue. Como algo que comparece para cortar las amarras del dolor. ¿Qué se nos pasará por la cabeza cuando nos llegué a nosotros?  ¿Seremos conscientes el día de la entrega final?

— ¿Qué es el alcohol? —  pregunté en el grupo de Estela.

— El infierno, es la soledad. El infierno no es el fuego, eh. Es el hielo absoluto. No hay abrazos ni nada que te contenga.


CUADERNOS

Culminé el tratamiento psicoanalítico por mi propia voluntad, decidí pasar en limpio mis cuadernos. No por una cuestión de libre albedrío, fue un acto de supervivencia ¡Cuántas anotaciones manchadas! La señal del estado en que he escrito. Hojas plomizas, ambarinas y trazos de tinta alimonadas, dan cuenta de una caligrafía imprecisa escoltada por una medida de whisky, un porrón o una copa de vino soldada a las libretas. Un día salí del filón. "Soltate. Sos demasiado amor para tanta ausencia", me decía el Gusti.

Algún día dejé de tomar en un vaso de vidrio. Un día dejé de pensar en el alcohol y meterme en problemas. Comencé a trabajar en la redacción de avisos publicitarios y erradiqué de mis pensamientos los hoyuelos de Vera. Un día recibí una foto de Amparo embarazada y circundada por un altozano de nieve en la Plaza Mayor. Algún día fue el día que jugué por última vez a la escondida, pero en ese momento no lo sabía. Así, con muchas cosas. Somos los que se van. La numerosa nube que se deshace en el poniente es nuestra imagen. Somos nube, mar, olvido. Somos también aquello que hemos perdido.



FIN

13 de mayo de 2021

COMO HUELLAS EN LA NIEVE




Maru (1949 - 2021) +

Pancho (1932 - 2021) +


El viernes desperté, fui a su pieza y Pancho ya había emprendido el viaje, su cara había recuperado la calma. Venía batallando desde hacía dos días contra dolores de espalda que no cedían por nada. Mamá dormía. Traté de despertarla pero no hubo caso. La cambiamos de cama. Llamé a la ambulancia por lo sucedido con Pancho que ya no respiraba. El médico al llegar asistió a mamá y nos dijo que estaba agonizando. Unos minutos después ella dejó de respirar. Se fueron juntos. Un acto de amor que jamás vi, un guión escrito en tiempo real frente a nosotros, en una pantalla 3D confusa, irreal y devastadora. Quedé desolado ante semejante performance.

Ellos ahora están en paz. Pensaba en la dicha de estar juntos, de no tener que escuchar un llamado a 400 Km dándome la mala noticia. Estaba ahí, cómo un testigo bendecido por Dios o vaya saber qué energía. Bienvenida orfandad. Hoy el niño que fui se despide también. Algo de mí, murió ese día.

Fui tan querido por mamá, por papá, por Pancho que fue como tener dos papás, que me siento en la necesidad de agradecer. No creo que haya capital más grande que alguien nos pueda dejar que el amor incondicional, sin peros, sin agaches.  

Cuando la vi partir recordé cuando llegó a Mar del Plata. En ésta verborragia de abrir sentí la necesidad de contar otra vez...

Cuando mamá arribó a la feliz paraba en Avenida Colón y Santiago del Estero. En la cuadra del Automóvil Club Argentino, en casa de Dora y Juan. Dos jubilados de los más macanudos que la albergaron hasta que acertó con un empleo y alquiló un departamento de un ambiente en Sarmiento y Falucho.

Yo vivía en Buenos Aires. Me llegó una postal de la costa que aún almaceno. Mamá relata en el dorso cómo recorrió peluquería por peluquería hasta dar con un local a dos cuadras de la vieja terminal de ómnibus. Flora, una estilista experimentada, le dio su primera oportunidad.

Pasaron treinta años, mamá edificó una red de amistades que de haber participado en “Acción marplatense” le hubiese disputado cabeza a cabeza la intendencia a Pulti. Pero ella es peluquera. Un cuadro… una circunferencia o un triángulo. Se adapta como plastilina.

Hablamos por teléfono casi todos los días. Le cuesta la reclusión, tanto la actual como la de hace unos años cuando se jubiló y la columna fue a parar a boxes. Como los buenos jugadores, la “rosca” jamás la perdió.


En los noventa, con dos o tres cortes de pelo zanjaba la mala cosecha. Ella iba a comprar a Toledo, cocinaba mientras yo fregaba el patio de comidas del Shopping Los Gallegos. Espalda con espalda le hicimos pito catalán a una ciudad que lideraba el ranking nacional de desocupación.

Ayer le conté a propósito de la limpieza, que mi departamento está hecho una pinturita.


—(...) Virutee los pisos, dejé los picaportes brillosos y los zócalos parecen un espejo.

—Como en los Gallegos — me dijo y pegó un giro de ciento ochenta grados en el mismo audio —Vos sabes que salgo al balcón todos los días a las cinco...

—Porque?

—Una vecina toca el acordeón. Le pedimos una canción y la toca.

No creo que Pancho, el compañero de mamá desde hace más dos décadas; con sus ochenta y siete abriles descargue Spotify para escuchar su tema favorito. Un padre para mí. Es nuestro Ronnie Wood. Ingresó y modificó la marcha de la familia para siempre .

Marupancho apelan a comunicarse, de tú a tú, como diría el Tano. Sin redes. Hoy le envié un mensaje.

—Como están?

—Bienhijo. Ahora te llamo, vinocanal 10

—Pasooo algo???

—No algo lindo


Permanecí suspendido en el aire. ¿¡Qué habrá pasado!?

Mamá salió esta tarde al balcón como el general por pedido de Farrell. Conversó con un periodista desde su palco. Rodeada de sus plantas, escoltada por Paulita mi sobrina y Pancho, su compañero.

—¿Cómo se llama?— preguntó el movilero de Canal 10.

—Sabes que no sé. ¡¿Cómo te llamas?!— pregunto mi mamá a su vecina la acordeonista, como si estuviera en la popular de Aldosivi.

—¿Qué toca siempre? — indagó el periodista.

—Lo que le pedimos…

—¿Cómo van pasando la cuarentena?

—Bien, acompañada por los jóvenes…— señaló mamá contemplando a su nieta, como representante de la juventud maravillosa.

Vi las imágenes del Canal 10 y fue recibir otra postal de la ciudad que eligió mamá para residir.


Una vez le preguntaron a Borges sobre la capital que apoptó para vivir: "París no ignora que es París, la decorosa Londres sabe que es Londres, pero Ginebra casi no sabe que es Ginebra".

Mamá no debía salir a la calle, sin embargo afloró en su balcón. ¿No sé porque será que todo me lleva a Borges y a Perón? Como el viejo Tobías, todo lo relacionaba con la orquesta de Juan D´Arienzo.

En un campeonato de truco que nos ganó en la final me reveló al salir "¡Qué dupla hacemos con el narigón! Somos una orquesta. Me voy a casa con la felicidad latiendo en el cuore... como escuchar a D´Arienzo" En otra ocasión me dijo — Escucha ese grillo, pibe. Parece el sonido de un violín.


MIRTA

Mirta brinda su concierto sin streaming todas las tardes desde las 17:30. Vive en un edificio enfrente del piso de mamá. Debajo funciona un local que despacha pan y facturas. En el mismo lugar donde estaba la peluquería de la extinta Flora. La primera persona que le dio una oportunidad a mamá en la ciudad más propicia a su felicidad. A veces, el azar es un milagro disfrazado.

Hoy supe de la familia por el noticioso marplatense al ritmo de un acordeón que atemperaba el ánimo de los vecinos y vecinas de la calle Sarmiento. Mirta, la célebre acordeonista, tuvo sus quince minutos de fama. Tocó y habló por la tele.

Recién busqué la tarjeta que atesoro hace treinta años. La localicé pronto. Estuve ordenando todos mis papeles en estos días de reclusión. Allí estaba la letra desteñida de mamá donde me cuenta de Flora y sus primeros días en La Feliz. Ante tantos mensajes de WhatsApp extendido, videos sangunderos y el bombardeo de memes me embargó ver un escrito de puño y letra.

Un balcón, una postal cifrada en el reverso, Borges, Perón y Mar del Plata. Como el viejo Tobías, todo lo relaciono con mis obsesiones, a saber; la literatura, el peronismo y el mar.

Como declamaba Larralde, en el canto verdadero se van repitiendo huellas.

Qué en paz descansen




25 de marzo de 2021

25 AÑOS

 

«... Hace 25 años, a esta hora más o menos, estaríamos preparando algún cuaderno, alguna birome. Empezábamos la Malharro. Una experiencia que a mí me cambió la vida, encontré novia, perra, amigos y una profesión. Siempre me acuerdo que un profe de la técnica, cuando le conté que iba a ir a la Malharro, me dijo: "vas a conocer gente linda".»

Fito Contessi





25 AÑOS

25/3/1996 *  25/3/2021




13 de marzo de 2021

25 de febrero de 2021

CLAUDIO RAMOS 1961-2021









Claudio fue de esos invitados que uno disfruta entrevistar. Porque esperaba que se termine de formular la pregunta, Claudio respondía lo que se le preguntaba, entendía del compás radial y es por eso que se abrió a una charla apacible y sincera cuando visitó Manual de Perdedores.

Luego de un vivo, me dijo “cuando estés en un medio más grande no te olvides de nosotros”  Sin saberlo me dio el envión que precisaba, todos los que hacemos algo con alguna pretensión artística buscamos señales de aliento para continuar con este capricho encantador de leer, escribir, entrevistar.

Nuestro último paisaje fue a través de una biombo de vidrio, él en Necochea y yo en San Cristóbal.

Claudio al aire me contó mucho desde su simpatía por el PI (partido intransigente) el regreso del exilio de Mercedes Sosa, el amor por Marcela, sus nietos Helena y Dylan hasta del sorteo de la colimba siendo clase 61, la generación que fue a la guerra de Malvinas.

En este otoño que se volvió invierno, luego de leer y repasar su libro de cuentos “Último paisaje”, entiendo que los encuentros con Claudio estaban escritos. Nuestras charlas de aquellas tardes llegaron a la red mansa y feliz, como aquel abrazo marítimo del reencuentro.

Desempolvando historias para pensar en un video descubro que la próxima obra de Claudio inicia su primer capítulo en este encuentro, en este homenaje. No hay nada más que decir, es el tiempo de escucharlo a Claudio…






(…) En los últimos tiempos había conocido el mar.

El mar se conoce en invierno.

Y había imaginado un futuro en Necochea 

donde el viento de la costa le desordenara 

los pelos que había perdido.

Por ahí andará ahora

Un compañero de ruta

El viento de Necochea 

siempre nos hará acordar de Claudio.


 Camilo Sánchez




28 de enero de 2021

POCA CERA | EL COMIC

 

Comparto una adaptación del cuento "Poca Cera" llevado a cómic por el diseñador gráfico e ilustrador Sebastián Mulero

Seba a través de una historieta, un lenguaje que tan bien le sienta para expresar su arte, plasmó en la creación de los personajes hasta en cada detalle de un shopping ruin; una atmósfera claustrofóbica a través de una paleta de colores opresiva como precisa en un cómic tan personal como magnífico.

Sebastián nos lleva a recorrer cada recodo de los Gallegos donde la noche insondable evoluciona hacia un albor esperanzador.

Nos alegramos como seguidores de su pluma, de su trazo en cada viñeta, de su placer de dibujar con un estilo tan propio lo que las palabras no alcanzan a contar.

Aplausos de pie para un gran artista y un gran amigo!!!


Para quienes leer el texto completo: https://bit.ly/3cgkwt7













24 de enero de 2021

BATAOLA

 

Ojalá algún día la música te alcance y cale hondo en tu alma como a mí. Ojalá algún día una expresión artística te conmueva. Ojalá algo por básico que sea te saque del montón, te ayude a ver en perspectiva y puedas contemplar la realidad con todos los sentidos. La música no sólo se escucha, se siente, trae aromas. Pocas cosas me han conmovido como el sonido de los Rolling Stones ¿sabés?

Me topé con su música desde muy chico. Un par de adolescentes ávidos de nuevos sonidos y vinilos que llegaban de las periferias de Chicago y Nueva Orleans alcanzaron para armar semejante bataola.

A pocos minutos de tropezar con los cuarenta (usar la palabra bataola es un síntoma) me siento tan rocker como a los dieciséis. Siento que seré parte de la misma tribu hasta el último minuto de mi existencia. Abrigo el sentimiento de ser un stone como una mirada ante el mundo. Es un amparo en la vereda de enfrente de los mandatos para no llegar a viejo como De la Rúa y estar más cerca de lo que representó y representa el viejo Keith en nuestras vidas. Crecer no es lo mismo que hacerse viejo; hacerte viejo te lleva sólo a la muerte. Crecer, crecía el frijol mágico y sus hojas terminaban de verse mezcladas con las nubes.