Jimmy
sabía lo que era la soledad. La soledad lo es todo cuando no tenés nada. Paraba
en la estación de Liniers. El amanecer lo topaba en algún rincón, acobachado
pernoctando en una escalera. El vértigo de lo indeliberado, la esperanza de un
nuevo día lo hallaban entre cartones. Dormía cuando tenía sueño y no cuando había
que dormir. Nunca lo vi de día a Jimmy. Siempre de noche. ¿Cómo sería su vida?
¿Su resaca? ¿Acaso alguna vez supo lo que es comer en una mesa rodeado de
gente? ¡Cómo podía saberlo! Una vuelta, en confianza, se lo pregunté.
-
Desayuno con un porro. Un porro en la estación. Hay dos pibito´ que conocí en
Babilonia que pegan, arman y convidan. A las doce voy al shopping. Espero que
salga el camión de basura por Montiel y le arrebato un par de cajita´de
Macdonal para el bajón. En Falcón y Carhué, ¿viste?, hay un bolita copado que
me regala frutas.
Una
noche, entre tucas y tetrabrik, a la salida de las Fiestas Mayas, me contó cómo
llegó a vivir en la estación. Resultó que el papá, un borrachín, llegó
escabiado a su casa y quiso abusar de su hermana. Jimmy, al entrar, vió al
viejo con los pantalones bajos. Su primera reacción fue de asombro y sin
pensarlo dos veces se le tiró encima y le partió una silla en la espalda. Buscó
en la cocina un tramontina y le metió dos puñaladas en las piernas y se fue
llorando sin rumbo, para no volver nunca más al barrio San Javier de Virrey del
Pino.
Luego
de su relato violento continuó hablando con la naturalidad de un pibe curtido
que no se detiene ante la fatalidad.
- Mi
hermana, la Lore, era igualita, igualita a la Carla Ritrovato. ¿Te acordás de
ella? Paraba con el Richard y toda esa banda enfrente del Don Orione de Lugano.
Vos que sos de ahí, capaz que los conocés.
- Sí,
los conozco - le respondí - Un amigo laburaba en la pizzería de Castañares y
Piedrabuena.
-
¿Posta? ¡La Yapa!
- Sí.
- ¡Qué
buena pizza, loco!
-
Riquísima.
- ¡Mira
qué casualidad! ... Bueno, la Lore era así como Carlita, bonita, bien pulenta.
Fumaba la guacha...
- ¿No
la viste más? – lo interrumpí.
- ...
- ¿Por
dónde anda tu hermana, Jimmy?- insistí.
Mi
amigo miró al horizonte con una contemplación disipada. Hizo un silencio
seguido de un suspiro breve y continuó como quien se cuida de tocar una llaga,
una herida recóndita y evadió mi pregunta. El quilombo es que yo salí con la
Lore. Jimmy no lo sabía. Si se llegaba a enterar me pegaba un tiro en la pata
sin dudarlo. La celaba mucho. Jimmy me miró fijo. Sentí miedo, fue como si
leyera mis pensamientos.
-La
Lore andaba mambeada. No había nada que hacer. Una madrugada fue dada vuelta a
la Villa 1 11 14 y le tocó perder.
Quise
decir algo y no pude. Jimmy hizo silencio y siguió con su relato.
- Era
igualita a la Carla, loco. A Ritrovato la escuchábamos en el pabellón cuando
estuve en naca. Todos ranchando y con la radio a pleno. Con la monada le
mandamo´ una carta y le llegó, ¿podés creer? Le llegó de frente ma´... Y la
leyó trascartón. ¡Imaginate! Enloquecidos. No comimo´una requisa mal ¿tende´?
Los ortivas de los hermanitos nos
mandaron al frente… Al frente… Esos putos… Estábamos ahí, al toque de la radio.
Queríamos saltar el yompa, ¿tende´, Chirola?
La
última vez que lo vi fue en la esquina de Rivadavia y General Paz, en la puerta
de Remolino. Nunca supe su verdadero nombre. ¿Cómo buscar un Jimmy en facebook?
En aquella época no necesitábamos de las redes sociales. Se paraba en un kiosco
o en una pizzería y ahí te encontraban, en los recitales o en alguna esquina.
Lo último que supe de él es que piró. Estuvo un tiempo internado en el Borda.
Todavía
puedo recordar sus ojos con esa mirada triste y hostil, tierna por momentos,
filosa por otros. Los párpados caídos y una cicatriz límpida que le franqueaba
el ojo y su sonrisa chillona que solo descubría después de un par de secas. El
último recuerdo que tengo del chabón fue cuando me dijo con voz firme - ¿Sabés
qué, Chirola? Todavía sueño con la Lore, la extraño ¿viste? la extraño una
bocha, loco.
Jimmy
bajo su cabeza en cámara lenta con esa cadencia de quienes están cansados de
tanto empardar. La vida lo tenía entre cuerdas desde pibito. La cárcel le había
quitado la libertad pero no los recuerdos.
* La Ex unidad carcelaria 16 de Caseros en el barrio de Parque Patricios estaba a unas cuadras de la vieja Rock & Pop.
Cuantas personas viven por la vida de esta forma , tenes la capacidad de contar escribiendo .Muy bueno.
ResponderEliminarEse estilo propio que te aleja del 'cuentista' y te acerca mas al lugar del 'contador' ... de historias, escenas, sensaciones, lugares, llegadas y partidas, creo que es tu lugar, en el que mas comodo se te lee, tal vez sin la presión de los formatos, pero con la astucia de quien nos hace creer al menos por un rato que Jimmy existio, que el tocadisco anduvo...
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