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1 de mayo de 2023

LA PACIENCIA DE LA ARAÑA: 25 AÑOS


Yo no busco discos, no indago en grandes composiciones. Rebusco en las canciones épocas, busco en cada estribillo algo que ya no sucederá, que sucedió y me hizo feliz y ahora lo sé.

Celebro que desanden las bandas y tornen a los escenarios. Encuentro en una canción de los Caballeros la senda que perdimos. La trocha de bracear contra las olas.

Trepo a mi tabla, entre cerdos y peces, embebido en la efervescencia obstinada de la cultura rock porque somos muchos los que no olvidamos que sólo los peces muertos nadan con la corriente.


#caballerosdelaquema #mardelplata #gap











30 de junio de 2019

MANUAL DE PERDEDORES | 29 DE JUNIO



LA VUELTA A BOEDO


📌 Compartimos poesías y testimonios en la previa de la Vigilia azulgrana. Gracias por las palabras tan sentidas a los cuervos de alma:
Liliana Santoandré, Fede Peleretegui, Carlos Caposio, Diego Tedeschi Loisa y Ale Valdéz.
📌 La inmejorable vuelta de Caballeros de la Quema en Paternal.

📌 Además contamos con la visita del poeta Miguel Martinez Naón Hablamos sobre su mirada sobre César Vallejos, el Tata Cedrón y nos adelantó parte de su nuevo poemario.

📌 Gracias a los colegas Fabian de Vitay Carlos Alberto Stortini
Agradecimiento especial al laburazo de Julián Delgado en la producción y la coordinación de piso, los dedos mágicos del gran Maxi Besana en la operación técnica.

Nos vemos en Avenida La Plata!!! 🔴🔵🔴🔵

Producción y coordinación de piso: Julian Delgado

🎧 PODES ESCUCHAR EL CAPITULO 116 🎧


#sanlorenzo #peñascasla #vueltaaboedo #vigiliaazulgrana
#VOLVEMOSPARASIEMPRE

10 de noviembre de 2018

BERRETINES DE PAPÁ


♪♫


El sábado, después del programa de radio, jugamos a la pelota toda la tarde. A la nochecita nos fuimos a bañar y encaramos para el Teatro Opera. Ivan Noble: 25 Años.
Al ingresar me temblaban las piernas. Butacas pulcras, agua mineral, una Coca de 600, pelos húmedos y aromas de perfumes entreverados. Un público que rondaba los treinta y cinco años promedio. ¡Cómo cambiaron los tiempos!

Vi dos remeras de Caballeros, ojos vidriosos de algún veterano como yo, mujeres muy hermosas y pocos niños. Hasta Benito, dicho por el mismo Noble, reconoció que no iba a presenciar el recital de su viejo porque se aburre. July advirtió que la noche seria larga. Reconozco que bancó el berretín de papá.
Iván repasó sus canciones emblemáticas. “Fulanos de Nadie”, “Jueves”, “Hasta estallar”, “Bienvenito”, “Perdido por Perdido” son algunos de los temas que coree. Justo al lado nuestro acerté con Martin Porcel de Peralta y su mujer. Les pedí si podían mirar a July que dormía plácidamente.

Me acerqué hasta el escenario en una canción: “Luces de Bar”. El momento más emotivo del recital. Retorné a mi butaca con un video en la memoria del celular e imágenes sobre lienzo como un bálsamo en el alma.
Julián se despertó con “Avanti Morocha” — ¡Esta la conozco, pa! Esto del atardecer de la vida me empieza a sentar bien.

Persistentemente vamos a peregrinar por los mismos shows, los mismos temas, las canciones que nos atraviesan. Porque como entonaba Larralde, en el canto verdadero se van repitiendo huellas. Mientras «las gentes salen a morir sus vidas», vuelvo a reelegir los discos que nos hicieron felices. Celebro que desanden las viejas canciones y tornen a los escenarios, porque con ellas regresan los buenos tiempos y el recuerdo de quienes se adelantaron en el viaje. 


Para ser sincero, rebusco en una canción de los Caballeros la senda que perdimos. La trocha de bracear contra las olas. Trepo a mi tabla, entre cerdos y peces, embebido en la efervescencia obstinada de la cultura rock porque somos muchos los que no olvidamos que sólo los peces muertos nadan con la corriente.
Salimos por Corrientes forjando huellas. Caminamos hasta la primera librería abierta. Le regalé “Di Hola”, el nuevo libro de Germán Garmendia, se lo merecía. El Obelisco, mi hijo y yo nos tuteamos con la luna cegada por el resplandor del bajo. Buscamos un taxi que nos lleve a casa. — ¿Ciudad Evita o Madagascar?










2 de julio de 2017

DESDE EL AIRE, NO SE VE



Se presentaron los Caballeros de la Quema después de quince años. Vuelven los Ratones Paranoicos con un show en el Hipódromo de Palermo, bandas emblemáticas que acarician una fibra muy potente. Sus canciones forman parte de la banda de sonido de aquellos inaugurales noventas. Así como linkeamos la vida en función de los mundiales; hay festivales, escenarios y vivencias que están adheridas a discos de los Caballeros y los Paranoicos.


Después del agua, más agua

“La 76” fue la última categoría que se sorteó para hacer el servicio militar obligatorio que estaba vigente desde 1904. El caso Carrasco puso fin a una etapa y un decreto del turco lo rubricó. Recuerdo que llegué al Regimiento de La Tablada cagado las patas, ingresé a un pabellón y había un milico veterano que me indicó una mesa donde me sellaron el DNI con la estampa: «Situación Militar Regularizada».
Huí del cuartel como perro con dos colas. ¡Zafé de la colimba, man! Me había salvado de un año de carrera mar, cuerpo a tierra y salto rana. Fui hasta la parada del 620. Me coloqué los auriculares, los enchufe a los walkmans y pelé un cassette grabado: «Manos Vacías», el primer disco de los Caballeros. Al ascender al 28 y cuando alcancé el lado B me quedé sin pilas. Escuchar «Con el agua en los pies» por el conurbano es algo que no puedo borrar de la memoria. 
Años después, Iván Noble se transformó en el adalid de los sin voz con una épica tanguera entre sombras y comanches menemistas devenido en bont vivant. Los fans de Caballeros le exigen un tema como «Patri». A Iván en sus discos solistas le afloran canciones como «Olivia». ¿Qué le vamos hacer? Con la ingenuidad de los niños adulamos a nuestros músicos al grito de “no cambien nunca”. ¡En Internet llegaron a proponer un cacerolazo en la puerta de su casa para evitar que se case con Julieta Ortega!



Mi filosofía es de la calle

Entre el errático «Furtivos» y el mutlipremiado «Fieras Lunáticas» repaso un álbum de transición de la discografía paranoica como «Tómalo o déjalo». El cassette no paró de repiquetear en la pieza del hotel donde paramos en Bariloche en el viaje de egresados, “… A Juana de Arco le hicieron quemar”. Los Ratones Paranoicos fueron el tanque stone local con el que construí mi personalidad en la rebosante pubertad. Pienso en la sorprendente religiosidad empalagosa que acometió la vida del cantante de los Paranoicos en el último tiempo: "Vi a Jesús con la corona y dejé los vicios de un día para otro”. A Juanse no lo juzgo por lo que hizo con su vida, lo juzgo por lo que hizo con la mía. Es muy factible que vuelva a verlos en vivo arañando un pellizco de felicidad.


Cerdos y Peces

Me pregunto si el tiempo endulza los recuerdos y quizás nada sea como lo estoy vertiendo, a lo mejor no haya sido tan así, para mí sí lo fue y eso es lo que importa. Primaveras donde la existencia teñía un paisaje inmortal, donde no nos cabían los chamuyos berretas. Vivíamos en estado de presente. 
Persistentemente vamos a peregrinar por los mismos shows, los mismos temas, las canciones que nos atraviesan. Firme mientras las gentes salen a morir sus vidas, vuelvo a reelegir los discos que nos hicieron felices. Celebro que desanden las bandas y tornen a los escenarios, porque con ellas regresan los buenos tiempos y el recuerdo de quienes se adelantaron en el viaje. Para ser sincero, rebusco en una canción de los Caballeros la senda que perdimos. La trocha de bracear contra las olas. Trepo a mi tabla, entre cerdos y peces, embebido en la efervescencia obstinada de la cultura rock porque somos muchos los que no olvidamos que sólo los peces muertos nadan con la corriente.





1 de julio de 2017

MANUAL DE PERDEDORES 01-07-17


FM 107.1 


Manual de perdedores | sábado 1 de julio.

Para quienes no pudieron escucharlo. Abrimos el programa con un relato sobre la vuelta de los Caballeros y los Ratones. En Literatura de todas formas hablamos de Leonardo Oyola, el escritor que pegó el estirón al oeste del conurbano, con guiños de western y comic. Autor, entre otros, de la novela Kryptonita. Nos visitó el escritor y sociólogo Pio Gammarota que nos contó sobre su primera novela «Buenos Aires no es un paraíso» editado por Textos Intrusos. Una charla que nos transportó a la Italia de mediados del siglo pasado hasta nuestros días con palabras sentidas entre mates y evocaciones. La música con lo último de Los Espíritus. El cierre con un párrafo del mismísimo Oyola a su hijo Ramón y el homenaje dedicado a otro Pocho, el Claudio «Pocho» Lepratti para concluir con el capítulo 39 de este globo de emociones llamado Manual de perdedores.





SI TE PERDISTE EL CAPITULO 39 PODES ESCUCHARLO
ACÁ




23 de junio de 2017

MANUAL DE PERDEDORES 17-06-17



FM 107.1 


Manual de perdedores | sábado 17 de junio.



En Literatura de todas formas hablamos de la escritora y periodista Leticia Martin y el universo de Estrógenos, su segunda novela. Recordamos en un relato los objetos perdidos con Montmartre como escenario. Una nueva entrega de la sección “Abrazo de Gol”. Guillermo Riccio nos trajo «Curiosidades futboleras» (1996) de Luciano Wernicke ilustrado por los Caballeros de la Quema. Un cierre a puro tango, tuco y vino tinto para homenajear el Día del padre y concluir con el capítulo 37 de este globo de emociones llamado Manual de perdedores.



SI TE PERDISTE EL CAPITULO 37 PODES ESCUCHARLO



3 de junio de 2015

JIMMY SIN FACE






Jimmy sabía lo que era la soledad. La soledad lo es todo cuando no tenés nada. Paraba en la estación de Liniers. El amanecer lo topaba en algún rincón, acobachado pernoctando en una escalera. El vértigo de lo indeliberado, la esperanza de un nuevo día lo hallaban entre cartones. Dormía cuando tenía sueño y no cuando había que dormir. Nunca lo vi de día a Jimmy. Siempre de noche. ¿Cómo sería su vida? ¿Su resaca? ¿Acaso alguna vez supo lo que es comer en una mesa rodeado de gente? ¡Cómo podía saberlo! Una vuelta, en confianza, se lo pregunté.
- Desayuno con un porro. Un porro en la estación. Hay dos pibito´ que conocí en Babilonia que pegan, arman y convidan. A las doce voy al shopping. Espero que salga el camión de basura por Montiel y le arrebato un par de cajita´de Macdonal para el bajón. En Falcón y Carhué, ¿viste?, hay un bolita copado que me regala frutas.
Una noche, entre tucas y tetrabrik, a la salida de las Fiestas Mayas, me contó cómo llegó a vivir en la estación. Resultó que el papá, un borrachín, llegó escabiado a su casa y quiso abusar de su hermana. Jimmy, al entrar, vió al viejo con los pantalones bajos. Su primera reacción fue de asombro y sin pensarlo dos veces se le tiró encima y le partió una silla en la espalda. Buscó en la cocina un tramontina y le metió dos puñaladas en las piernas y se fue llorando sin rumbo, para no volver nunca más al barrio San Javier de Virrey del Pino.
Luego de su relato violento continuó hablando con la naturalidad de un pibe curtido que no se detiene ante la fatalidad.
- Mi hermana, la Lore, era igualita, igualita a la Carla Ritrovato. ¿Te acordás de ella? Paraba con el Richard y toda esa banda enfrente del Don Orione de Lugano. Vos que sos de ahí, capaz que los conocés.
- Sí, los conozco - le respondí - Un amigo laburaba en la pizzería de Castañares y Piedrabuena.
- ¿Posta? ¡La Yapa!
- Sí.
- ¡Qué buena pizza, loco!
- Riquísima.
- ¡Mira qué casualidad! ... Bueno, la Lore era así como Carlita, bonita, bien pulenta. Fumaba la guacha...
- ¿No la viste más? – lo interrumpí.
- ...
- ¿Por dónde anda tu hermana, Jimmy?- insistí.
Mi amigo miró al horizonte con una contemplación disipada. Hizo un silencio seguido de un suspiro breve y continuó como quien se cuida de tocar una llaga, una herida recóndita y evadió mi pregunta. El quilombo es que yo salí con la Lore. Jimmy no lo sabía. Si se llegaba a enterar me pegaba un tiro en la pata sin dudarlo. La celaba mucho. Jimmy me miró fijo. Sentí miedo, fue como si leyera mis pensamientos.

-La Lore andaba mambeada. No había nada que hacer. Una madrugada fue dada vuelta a la Villa 1 11 14 y le tocó perder.
Quise decir algo y no pude. Jimmy hizo silencio y siguió con su relato.
- Era igualita a la Carla, loco. A Ritrovato la escuchábamos en el pabellón cuando estuve en naca. Todos ranchando y con la radio a pleno. Con la monada le mandamo´ una carta y le llegó, ¿podés creer? Le llegó de frente ma´... Y la leyó trascartón. ¡Imaginate! Enloquecidos. No comimo´una requisa mal ¿tende´? Los ortivas de los hermanitos nos mandaron al frente… Al frente… Esos putos… Estábamos ahí, al toque de la radio. Queríamos saltar el yompa, ¿tende´, Chirola?

La última vez que lo vi fue en la esquina de Rivadavia y General Paz, en la puerta de Remolino. Nunca supe su verdadero nombre. ¿Cómo buscar un Jimmy en facebook? En aquella época no necesitábamos de las redes sociales. Se paraba en un kiosco o en una pizzería y ahí te encontraban, en los recitales o en alguna esquina. Lo último que supe de él es que piró. Estuvo un tiempo internado en el Borda.
Todavía puedo recordar sus ojos con esa mirada triste y hostil, tierna por momentos, filosa por otros. Los párpados caídos y una cicatriz límpida que le franqueaba el ojo y su sonrisa chillona que solo descubría después de un par de secas. El último recuerdo que tengo del chabón fue cuando me dijo con voz firme - ¿Sabés qué, Chirola? Todavía sueño con la Lore, la extraño ¿viste? la extraño una bocha, loco.
Jimmy bajo su cabeza en cámara lenta con esa cadencia de quienes están cansados de tanto empardar. La vida lo tenía entre cuerdas desde pibito. La cárcel le había quitado la libertad pero no los recuerdos.




* La Ex unidad carcelaria 16 de Caseros en el barrio de Parque Patricios estaba a unas cuadras de la vieja Rock & Pop.





5 de noviembre de 2012

MONITO ¡LAS PELOTAS!



Recuerdo que en la tarde acalorada y agobiante de Buenos Aires recibí la noticia de la muerte de Favio vía twitter. Fue inevitable no recordar como este ícono de nuestra cultura popular atravesó distintos momentos de mi vida. Son imágenes que emergen ante lo fatal. Un flash back ineludible.

Si bien sabia del cáncer con el que batallaba Favio, como un torbellino de emociones me invadió cuando me enteré de su paso a la inmortalidad. Es como si la infancia, la adolescencia y la juventud se fusionaran en una sola polaroid.

 

- La década del ochenta tenía como líder de audiencia televisiva al canal 9. Favio, en su rol de cantante era un número puesto en los programas de Alejandro Romay. Mi viejo tenía una frase a flor de piel cada vez que lo veía en Finalísima o en Sábados de la bondad - Favio iba en el avión que trajo de regreso a Perón-. Mis hermanas y yo sabíamos que venía esa frase de papá y lo acompañábamos con la mirada. Él quería decir eso, necesitaba decirlo. Papá estaba orgulloso de ser peronista y sentía que de esa manera mantenía vivo el recuerdo de una época querida por él.

 

- Una noche fuimos al cine (cuando ir a la peatonal de Lavalle era bien pulenta) y nos encontramos con dos cuadras de cola atestada de gente. Se estrenaba la opera prima de Marcelo Piñeyro, Tango Feroz. Nosotros optamos por la nueva película de Leonardo Favio estrenada esa misma semana: Gatica, el mono. Por un lado la sala principal del cine Monumental estaba colmada para ver y escuchar la historia de Tanguito y por otro, los presentes en la sala 1 del cine Atlas nos poníamos de pie para aplaudir la escena donde Gatica dice la memorable frase: ¿Monito?, ¡monito las pelotas! ¡Señor Gatica! El soundtrack de Tango Feroz sería número uno en ventas. Gatica, un film emotivo, cargado de simbolismo peronista quedaría opacado por el boom del nuevo/viejo rock nacional.

 

- Las fiestas del Condón Clú fueron un ícono de la movida contracultural de la década del ´90. Fiestas itinerantes donde  tocaban bandas en vivo. Una de las más esperadas por mí eran Las Pelotas. El grupo de Germán Daffunchio y el Bocha Sokol. Solían telonearlos unos pibes de Morón, Los Caballeros de la Quema. Una banda que traía desde el Oeste un poco de reggae, mucha distorsión, un toque funk en los caños y una voz quebrada y sucia completando la imagen. Años más tarde, la banda se disolvió y su cantante, Iván Noble, grabó en su segundo disco en solitario una versión de "Ella, ella ya me olvidó".

 

Vaya este recorrido de mi infancia, adolescencia y juventud a modo de homenaje a la memoria de Leonardo Favio, a mi viejo y todos los compañeros que persisten en mantener vivo el fuego sagrado de aquellos años felices.