Los posteos desfilan, se adelgazan como las huellas de las gaviotas en las playas. La reclusión nos transportó en sincronía a indagar en baúles y pliegos, en sumas restas cartas que jamás enviamos, manuscritos, letras perpetuadas en borradores con espiral y hojas desenterradas de su umbral.
Esta aventura tiene delicias y tristezas.
Cuando el canal era un río, cuando el estanque era el mar escribíamos en diarios. Finalicé una historia. Mi tercer libro, será novela...
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