20 de julio de 2014

LOS MISMOS DE SIEMPRE




A los estuvieron, a los que están y los que estarán.
A los que llevo conmigo en cada recuerdo vivo, a los amigos del alma, a los que veo y a los que no, a los que se bajaron en otra estación y a los que viajamos en el mismo tren.
A los 2.0, a los sin guasap, a los del café cara a cara, a los que atravesaron el océano y los que atravesaron mi corazón.
A los que estuvieron en la adversidad, a los que cada noche se inventan, a los que todavía se emborrachan, a los mismos de siempre…

¡Feliz día del amigo!








12 de julio de 2014

ESCULTORES DE TALENTO




Para los que alguna vez jugamos al fútbol y comenzamos en el baby allá por los seis o siete años sabemos la importancia que tiene nuestro primer técnico. Nuestro primer maestro en esto de jugar a la pelota, la “dinámica de lo impensado” como diría Dante Panzeri.
Cuando uno repasa los grandes formadores no puede dejar de pensar en el fallecido Francis Cornejo (el descubridor de Diego Maradona), en Ramón Maddoni, en Jorge Griffa, entre otros. Sin ellos la historia de muchos grandes de nuestro fútbol no sería igual.
Alguna vez alguien escribió a Ramón “Para el mejor DT del mundo y además un amigo", es la dedicatoria que tiene escrita con marcador sobre alguna de las tantas fotos que adornan la confitería del Club Parque. 

Quien está junto al maestro en esa foto y que firma la dedicatoria es Fernando Gago, que se inició esquivando conos en la canchita de Villa del Parque, como alguna vez lo hicieron Redondo, Batista, Riquelme o Carlitos Tevez, Insúa, Cambiasso, La Paglia, Sorín, Coloccini y sigue la lista. Maddoni vió crecer a “Pintita” Gago y Ricky Álvarez que mañana formaran parte del plantel que disputara la final de la Copa del Mundo, ellos son claros testimonios de la influencia de un formador de los quilates de Ramón.
Ambas ex promesas del fútbol infantil llegan a esta instancia de su carrera con el asesoramiento, el apoyo y la confianza que siempre les supo transmitir a ellos evitando apresuramientos y respetando los tiempos de formación.
Así son los grandes, los que hacen en silencio, los que mañana junto a su familia en sus casas o sentados en una butaca del Maracaná verán jugar a sus pichones y sentirán el orgullo de haber hecho lo correcto, porque más allá del resultado, este plantel representará a los miles y miles de pibes que hoy sueñan con jugar una final con la celeste y blanca. Representarán a muchas promesas que llegan del interior con el bolsito lleno de esperanzas y abrigan sueños en las camas de pensión. Representarán además a miles de entrenadores de cada escuelita de fútbol, de cada rincón del país que trabajan (en muchos casos ad honorem) a destajo formando jugadores, formando hombres. 
En una palabra, un plantel que representará a 41 millones de argentinos. Mañana veremos a veintidós soñadores que entendieron que no es mejor maestro el que sabe más, sino el que enseña mejor. Para Maddoni, Cornejo, Griffa y mis queridos y recordados Horacio de Yupanqui, Sergio del "El ideal", Tincho de Sarmiento y todos los técnicos apasionados de la redonda va este homenaje.






1 de junio de 2014

PONELE






"No sé... Que puede pasar.  Pero hoy  lo viví con intensidad y sin duda quedara grabado en mi piel y mi corazón." 



15 de mayo de 2014

OH, CAROL







Hace unos días sintonicé Carol en Fm rqp en la versión original. Manejar y escuchar música sigue siendo una aventura de placer para mí. Me gusta que me sorprenda una canción en la radio. La canción del viejo Chuck me llevó inmediatamente a los noventa, a una noche en especial: La noche que Chuck Berry tocó en Obras Sanitarias. 
No recuerdo como aterricé a ese recital, pero sé que estuve ahí. Al menos es lo que dicen los testimonios de quienes no volcaron aquella noche. A los diecisiete años, recién llegado del viaje de egresados, mambeado y con el hígado a la miseria iba a donde me llevaban. 
A esa altura de la soiree, ya había escuchado gran parte de la discografía de Berry a través de las versiones de los Beatles y los Stones grabadas en sus primeros simples. Formé parte de un público que sólo escuchaba a rock, intolerante, fanático e irracional. Era capaz de ir a ver a cualquier banda o solista que haya tenido alguna influencia en los chicos malos de Dartford. Dos anécdotas cómo para ilustrar el grado absurda disciplina que reportaba ¡¿vaya a saber a quién?!:
A los quince compré un disco de los Livin Colour al leer una nota en Sí! de Clarín. Los tipos habían sido confirmados como teloneros de los Stones en su gira Steel Wheels/Urban Jungle Tour. Nunca escuché el disco entero del cuarteto, una sola canción. Otra vuelta grabé dos cassettes de los Stone Temple Pilots llevado por el nombre de la banda. ¡Qué cabeza! En realidad no sabía quién carajo eran.
En fin, luego de mi fallida experiencia en Obras y aquella postura kamizake de rocker-taliban, en abril de 2013 fuimos con compañero de ruta, Victor Benitez, a saldar mi deuda. Justo veinte años después. Esa noche de otoño, el músico que inspiró a Keith Richards a tocar la guitarra nos reveló que las agujas del reloj también viran para los rockers. 
A veces las emociones nos juegan una mala pasada. Muchos de nosotros esperamos sus riffs, su paso característico y nos fuimos con la cabeza agachas. El pasito no llegó, sólo turbadamente cuando se dirigió a las escaleras al final del show. Sin embargo, tengo la seguridad que quedará impregnado en mis oídos el sonido de la Gibson acoplando en la velada del Luna Park. 
El paso del pato dio lugar, como la vida misma, al paso del tiempo de manera inquebrantable. Chuck físicamente no puede permanecer vital por siempre pero sí su música y eso, eso es lo importante.