Al Tano
lo conocí en la campaña presidencial del ´89. Fue mi primera colaboración en la
Unidad Básica "Facundo Quiroga" volanteando para el FREJUPO.
Mi papá
se llevaba muy bien con él. Mi viejo daba una mano y cooperaba con la
Asociación Vecinal que tenía línea directa con la U.B. El Tano vivía en Las
Achiras y alquilaba con Normita Agüero una vivienda en el pasaje Madreselva.
- ...
Los que perdieron tienen que razonar y dar un paso al costado. Luder se fue a
la casa, ¿no te acordás? - me dijo el Tano con un tonillo inquisidor cuando lo
crucé hace unos meses por el Congreso sin registrar que en el ´83 yo tenía 7
años. Creo que me miraba a mí y le hablaba a mi viejo.
El
cuadro que leía a Perón y no había terminado el colegio, que subsistió como
remisero y otros rebusques durante más de una década se sostuvo en la reclusión
política con estoicismo. El Tano no quiso entender, o entendió y no le cerró un
esquema que relegó a muchos peronistas como él.
Yo sé
que anda tirado, que no tiene un mango, sin embargo, me invitó a tomar un café.
Acepté. Cuando iba a pagar, se ofendió.
-No,
no, no pibe. Pará. ¿Qué diría tu viejo? ¿Somos compañeros o no somos compañeros?
Fui al
baño para disimilar la emoción. Durante años, algunos paracaidistas sub 30 con
el único mérito de ser "hijos de" se
cargaron a varios tipos como el Tanto con 30 años o más de peronismo en el
lomo. Díscolos que se enfrentaban con los jetones puertas adentro y defendían
el partido a muerte hacia afuera.
Hoy los
manuales de conducción política se escriben por whatsapp mientras se exponen
las ideas en los muros de facebook. Le dije que mi viejo lo admiraba y le
revelé que la militancia conquistó mi corazón gracias a su formación.
Al
ingresar al baño del bar mastiqué bronca. Me lave la cara y al salir advertí de
refilón como el querido Tano, el tipo que me formó de pibe, gatillaba con
billetes y monedas que sacaba del bolsillo. El chabón perdió mucho en la vida,
menos la dignidad.
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