En
febrero de 1988 George Harrison invitó a Jeff
Lynne, Roy Orbison, Bob Dylan y Tom Petty a grabar
en su nuevo disco. De la zapada resultó la formación de un supergrupo integrado por
grosos de verdad. Los egos y las pedanterías quedaron de lado y el
rock and roll dijo presente en una década apabullada por el pop y la música
bailable.
Murió Tom Petty. Partió
un grande, uno de los Traveling Wilburys, el Barcelona del rock.
En Wildflowers (1994), quizás uno de los mejores discos de la década, Tom Petty & the Heartbreakers (capitaneados por Rick Rubin) nos devolvieron un sonido categórico y rockero con la energía necesaria entre tanto charango y bongo que copó la parada del rock local en el albor de los noventa.
Una última cosa: cuando todo se vaya al carajo siempre habrá un disco de Tom Petty esperando en el winco. El hombre de Florida se suma al grupo ideal que rockea en lo alto. Elijo «Learning to fly» para despedir al maestro. QEPD.
En Wildflowers (1994), quizás uno de los mejores discos de la década, Tom Petty & the Heartbreakers (capitaneados por Rick Rubin) nos devolvieron un sonido categórico y rockero con la energía necesaria entre tanto charango y bongo que copó la parada del rock local en el albor de los noventa.
Una última cosa: cuando todo se vaya al carajo siempre habrá un disco de Tom Petty esperando en el winco. El hombre de Florida se suma al grupo ideal que rockea en lo alto. Elijo «Learning to fly» para despedir al maestro. QEPD.
Estoy aprendiendo a volar,
pero no tengo alas
descender es la parte más difícil.
Bien, los viejos buenos tiempos quizás no
vuelvan,
y las rocas podrían derretirse y el mar
podría arder.
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