En los noventa estudiaba Diseño Gráfico en
la Escuela
Superior de Artes Visuales Martín A. Malharro. Finalmente me decidí
por Ilustración. Tuvimos que elegir un grupo o solista y rediseñar el arte de
tapa de un disco. Opté por Los Piojos, banda de la que era fan. Estaba
hechizado por los dibujos y el packaging de sus portadas: Azul, Ritual, etc.
👏 La generosidad de Mariano A Nieva me llevó a conocer a la diseñadora Jimena Diaz Ferreira, la usina creativa visual detrás del orbe piojoso. Hoy se publicó en Agencia Paco Urondo - APU la nota a Jimena que hicimos en "El Jardín de los Presentes" FM Zoe 107.1. ☺️
👏 La generosidad de Mariano A Nieva me llevó a conocer a la diseñadora Jimena Diaz Ferreira, la usina creativa visual detrás del orbe piojoso. Hoy se publicó en Agencia Paco Urondo - APU la nota a Jimena que hicimos en "El Jardín de los Presentes" FM Zoe 107.1. ☺️
La comparto:
Jimena Díaz
Ferreira: “Mi compromiso es con los artistas, no con las discográficas”
Agencia Paco
Urondo conversó con Jimena Díaz Ferreira. Realizó el arte de tapas de
discos como Azul (1998), Ritual (1999)
y Civilización (2007) de los Piojos; Historias
perdidas (2010) de El Bordo y Raíces (2007) de La
Chilinga, entre otros. Por Mariano Nieva Y Raúl Haurat.
Por Mariano Nieva
y Raúl Haurat
En
diálogo con el programa radial “El Jardín de los Presentes” (FM Zoe 107.1) y Agencia Paco Urondo, la diseñadora
gráfica Jimena Díaz Ferreira nos contó sobre su pasión por la creación
artística, el diseño y el rock, entre otras cosas. Hablamos sobre su formación
profesional y su mirada sobre la industria discográfica. Del pedido, por
correo, de Keith Richards de dos discos de la Chilinga y sobre el álbum No a
la Mina (2012), donde participaron figuras como Eduardo
Galeano y Adolfo Pérez Esquivel.
Agencia Paco
Urondo: Sos una de las diseñadoras gráficas más reconocidas de nuestro país.
Contamos algo de tu formación profesional.
Jimena Díaz Ferreira: Yo laburaba de diseñadora en una
empresa y aparte estudiaba. No dormía nunca. Hice la carrera en mi querida FADU
(Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo) que depende de la UBA
(Universidad de Buenos Aires). Por otro lado, cursaba un año la materia
Tipografía con Rubén Fontana, que es uno de los referentes del diseño
argentino, y al otro volvía a hacer la misma asignatura pero con una mirada más
experimental.
Esto
me sirvió para formarme de otra manera, disfrutando además, la fortuna de haber
tenido una muy buena camada de docentes, a los cuales quiero y admiro. Así que
puedo decir que tuve la suerte de caer en la Universidad Pública.
APU: ¿Cuáles son
los elementos que tenés en cuenta a la hora de encarar el desafío de hacer una
portada?
JDF:
Por empezar, y contrariamente a lo que muchos creen, cada vez que tengo que
trabajar en un arte de tapa no miro discos. Si intento viajar para conocer a la
gente y ver lo que está pasando en el lugar que visito. Para mí, esa es una
gran experiencia que me inspira y en la que siempre vuelvo con gran cantidad de
material. Nunca intenté instalar un estilo estético propio.
Por
otro lado, recuerdo que la primera pregunta que me hice al comienzo fue: ¿Quién
dice que las tapas de los discos compactos tienen que ser de 12 cm x 12 cm?
Inmediatamente después, pensé en Artaud (1973) de Pescado
Rabioso que tal vez, en nuestro país, sea el ejemplo más increíble por su
cubierta de formato irregular ideada por Luis Alberto Spinetta y diseñada por
Juan Oreste Gatti que vino a romper con lo establecido e incomodar. Bueno, eso
es arte también.
APU: Los nuevos
formatos digitales para la música vinieron a poner en tensión a la
industria. Ya no se venden tantos CD’s. Lo que hace que muchos artistas dejen
de lado la idea de editar sus nuevas canciones en soporte físico.
JDF:
Soy una melómana de los formatos. Me encanta saber quiénes participaron en el
disco y que instrumento tocó cada músico. Siento que con las plataformas
digitales todo eso se perdió, por eso no entiendo cuando los y las artistas
solo suben en soportes digitales su material. ¿Qué pasaría si algún día se cae
todo y desaparece Spotify por ejemplo? Perderían todo su trabajo.
Aclaro
que tampoco es que reniego de lo digital. Para ir escuchando música en el auto
está buenísimo aunque el sonido sea diferente y los temas pierdan ganancia.
Pero, cuando Manu Chao, por ejemplo, me envió toda su discografía en vinilo, al
escucharla recuerdo que le dije que parecían discos nuevos por como sonaban las
canciones.
APU: ¿Cómo es
esto de hacer visible el espíritu y el concepto de un disco con tu labor de
diseñadora? ¿Con qué desafíos te encontraste al delinear el primer trabajo
junto a Los Piojos?
JDF:
Hay una búsqueda en más de 20 años en los que laburo de esto, en hacer diseños
para portadas de CD’s. El gran desafío con el que me encontré, al comienzo, fue
el tema de la piratería. Para hacer este trabajo, además, hay que tener en
cuenta algo muy importante y es que debe haber una banda o un artista con una
apertura y una disponibilidad, estéticamente hablando, que apueste por correr
riesgos.
Yo
comienzo a trabajar con Los Piojos para el lanzamiento de Azul (1998),
que es el primer disco que hago como profesional. Quiero agregar que parte del
diseño lo compartí con Hernán Bermúdez. Para la presentación oficial del álbum,
que se hizo con dos funciones el 16 y 17 de mayo de ese mismo año en Parque Sarmiento
de la Ciudad de Buenos Aires, hicimos además y por primera vez, las
entradas diseñadas.
Miles de almas en un
ritual sin calma
APU: Después vino
“Ritual”, que además marcó el inicio de El Farolito Records, el sello
propio de la banda.
JDF:
Sí, fue un gran desafío para mí. Un antes y un después. Ritual (1999)
concentró un montón de cosas. Por un lado fue el primer disco de Los Piojos en
vivo en un momento en que no se hacían tantos y, algo no menor, estuvo Diego
Armando Maradona. Les digo más, el álbum no iba a tener ese nombre. Se iba
a llamar “tan solo piojosos”. Por otro lado, para mi este trabajo es un quiebre
en la historia del grupo.
APU: ¿Por qué?
JDF:
Porque fue el primero que salió por El Farolito Records con una tirada numerada
y con técnicas de stamping (estampado) que
se empezó a usar como norma de seguridad.
Con Ritual se
fue armando un concepto, una forma, un esquema de laburo que se fue
dando de manera natural, por confianza entre la banda y yo. Nos fuimos
conociendo y comenzamos a interactuar. Eso fue lo que en lo personal me
permitió crecer y empezar a proponer ideas cuando estaba convencida de que
podían funcionar.
APU: ¿Y cómo
nació el diseño del primer registro en vivo de Los Piojos? ¿Qué cosas te
inspiraron?
JDF:
Cuando presenté el laburo de arte de tapa, le digo a Andrés Ciro Martínez
(cantante de la banda) que me había inspirado cubriendo los shows del grupo en
Obras Sanitarias. Por otro lado, si despliegan el packaging de Ritual,
se puede observar que se convierte en el estadio dónde fue grabado. Además, en
el disco está estampada la lista de temas escrita a mano por el “flaco”
Mazzoni, que era el encargado de armarlas en los shows en vivo de Los Piojos.
Recuerdo
que mientras recorría los distintos lugares del estadio veía los tatuajes de
los pibes y las pibas. No lo podía creer. Además, un tiempo atrás, había leído
un reportaje al Indio Solari (creo que en la revista Rolling Stone) donde
decía que en sus recitales sucedía una comunión. Y es cierto, con Los Piojos
pasaba algo similar. Cosas que no se tenían que explicar, pero que entendían a
la perfección tanto el público como la banda.
Una
vuelta conversando con Ciro le cuento que, para mí, era muy fuerte esa
frase del tema “Uoh Pa Pa Pa” del disco Azul (1998) en el que
además laburé y que dice, “miles de almas en un ritual sin calma”. Entonces
Ciro me mira y me dice que estaba buena la idea, pero que era demasiada larga
como para bautizar al álbum de esa manera. Seguimos pensando y finalmente quedó Ritual. Por
eso siempre lo cargo a Andrés que al nombre lo traje yo (risas)
APU: Siempre
decimos que le importancia del soporte físico es que le aporta concepto visual
a un puñado de canciones, pero acá también tu trabajo tenía que ver con evitar
la piratería. Eran ediciones limitadas y numeradas.
JDF:
Exacto, lo que nosotros queríamos era llegar con lo mejor de lo mejor y salir a
bancar el primer disco como producción independiente de la banda. También
intentar evitar la piratería, pero no la más inocente, la de una piba o un pibe
que podía fotocopiar la portada, sino la de los peces gordos de la industria,
que siempre te querían zarpar. Es como cuando estamos preocupados por quien nos
afana en el semáforo pero no por el político que nos roba todo los días con
medidas.
APU: Dio
resultado tu trabajo.
JDF:
Si. Les cuento una anécdota. Una vez nos pasó en un show en La Plata, donde
habíamos hecho las entradas con un cielo lleno de estrellas plateadas, también
con la técnica de stamping, que alguien hizo
una con papel glasé, y la verdad es que daba para dejarlo entrar gratis por el
laburo que se tomó. (risas)
Civilización
APU: El último
trabajo discográfico de Los Piojos fue “Civilización” (2007), cuya portada
traía una silicona. ¿Qué nos podes contar de esa experiencia inédita?
JDF:
Nosotros con Civilización estuvimos nominados en diseño.
Perdimos con La lengua popular (2007), la placa de
Andrés Calamaro que traía dibujos de Liniers. Este disco tuvo una impronta
china digamos, porque Ciro estaba muy atravesado con esto de que ese país
asiático se estaba convirtiendo en una gran potencia mundial como nunca
antes.
Para
comenzar a pensar el concepto del arte de tapa, hasta no tener una idea
desarrollada no boceto, antes investigo. Para este disco laburé muchísimo con
Andrés y con el guitarrista Pity Fernández, que me
contaba de unas notas que había leído en la revista Muy Interesante sobre el
desarrollo del calentamiento global.
Por
ejemplo, que se seque la silicona pasado un tiempo del arte de tapa del disco,
que cuenta además con esa gran foto de un hongo de Sebastián Klein, es parte
del concepto. Aunque tengo que decir que hubo algunos/as pibes/as que me
putearon por eso.
Piensen
que para salir con ese material tuvimos que hacer muchas pruebas de frío,
calor, impacto y que no sea tóxica. El tema era generar conciencia del daño que
le estamos haciendo a la tierra. Hay una frase en el tema Civilización, que le
da título a la placa, que dice: “Dios perdona, el hombre a veces, la
naturaleza nunca”.
APU: En mayo de
2009 Los Piojos se despidieron de manera definitiva con un nuevo show en el
estadio de River Plate. ¿Qué nos podés decir de haber tenido la
posibilidad de trabajar junto a una de las bandas más grandes que dio nuestro
Rock en los últimos 30 años?
JDF:
Que la banda en general y Andrés Ciro en particular tienen una mirada como muy
a largo plazo de lo que van haciendo. Entienden muy bien por donde pasa la
historia.
Yo
podía tener las mejores ideas a la hora de diseñar pero si hay gente que no es
cómplice de tus propuestas o no las entienden, no salen. Por eso voy a estar
agradecida por siempre a Pocho Rocca, su mánager,
por haberme invitado a ser parte del staff. Poder compartir y trabajar con
ellos, por todo lo que aprendí y por los amigos que hice.
Historias
perdidas
APU: Tiempo
después vas a tener otro enorme desafío al trabajar con El Bordo para un disco
muy potente y emotivo como Historias
perdidas.
JDF:
Si, fue muy loco. En ese momento estaba laburando con Civilización y
un chico que conocía y que se encargaba de repartir volantes de bandas a la
salida de los recitales, me trae Yacanto (2007), cuarto
disco de El Bordo. Cuando lo deja en mi escritorio me dice: “ojalá algún día
vez puedas trabajar con ellos”. Al tiempo, el periodista Pablo Mileo, un amigo
que hice durante la etapa de Los Piojos, me contacta para hacer un trabajo para
la banda de los hermanos Kurtz porque los músicos querían darle un giro a su
propuesta.
Me
junto con Alejandro y enseguida, por como escribía, me voló la cabeza. En el
encuentro me dice que no querían tener más el logo que hasta entonces los
identificaba. Y enseguida me muestra el proyecto de lo que va a ser Historias
perdidas (2010), que es un caso real y que tiene que ver con
los desaparecidos y las desaparecidas, más precisamente con los papás de una
amiga de él.
Me
explica que había armado el orden de las canciones del futuro disco como si
fuera una obra conceptual. Una ópera rock que hablaba de una pareja, de
Federico y Cristina, que son secuestrados en tiempos de la última dictadura. Y
a quienes les hacen creer que habían muerto cuando los liberan al regresar la
democracia en 1983.
Cristina
se va a vivir a Córdoba y un día ella asiste a un lugar donde se iba a llevar a
cabo una conferencia a cargo de una persona que era, increíblemente, Federico.
Cuando él la reconoce desde el escenario. tomó el micrófono y le dijo al
auditorio: “Señores, se me acaban de venir 30 años encima” y a partir de ahí
volvieron a estar juntos.
APU: Imaginamos
lo movilizante que habrá sido para vos trabajar en una historia con estas
características en donde, además, tenías que lograr generar una imagen que la
contenga.
JDF:
La verdad fue muy difícil abordar esta temática evitando no caer en lo obvio y
literal como puede ser, por darte un ejemplo, usar el pañuelo de Madres y
Abuelas de Plaza de Mayo. Y aunque no tiene directamente nada que ver con la
lucha de los Organismos de Derechos Humanos, lo que quería lograr era que
la gente pudiera situarse en la época de lo sucedido. Ale Kurtz imaginó que las
canciones eran como cartas que ellos se escribían y se respondían, contándose
los días que estuvieron en cautiverio, por ejemplo.
Así
que inmediatamente me puse a pensar en algún objeto característico de aquellos
años y es ahí que aparece el grabador Geloso que músicos como Pappo y Claudio
Gabis utilizaban como porta estudio.
También
quiero destacar el trabajo de José Luis García, fotógrafo de la revista Rolling
Stone, a quien le quemé la cabeza con lo que yo quería. Como, por ejemplo, el
nuevo logo de El Bordo, que tenía que contener las influencias musicales de la
banda ya un poco más adulta. El cuervo que apareció, y que muchos fanáticos se
tatuaron, es un nuevo animal que viene un poco a reemplazar a la serpiente del
disco Yacanto.
APU: ¿Cómo fue la
recepción de tu propuesta final por parte de la banda y de la compañía
discográfica?
JDF:
Los chicos del Bordo aceptaron enseguida mi proyecto y la gente de Warner
también. Y se terminó haciendo una edición limitada de Historias
perdidas que, lamentablemente, se agotó y ya no se puede
conseguir. Por otra parte, tengo el orgullo de decir que nunca trabajé para
ninguna compañía, por eso siempre me pude dar el lujo de evitar poner en todos
mis trabajos a la banda en tapa. Mi compromiso es con el artista, no con las
discográficas.
La Chilinga
APU: Otro trabajo
tuyo que tiene una historia muy particular es Raíces (2007) de
La Chilinga, el combo de percusión que lidera Dani Buira, ex baterista de Los
Piojos.
JDF:
Totalmente, ese disco de La Chilinga, que lo hice con la forma del continente
africano, tiene una historia muy fuerte. Mi mejor amiga se fue a vivir a
Sudáfrica, más precisamente a Johannesburgo. La cosa es que un día me fui
de sorpresa a visitarla para su cumpleaños y el marido, que estaba al tanto de
mi llegada, nos regaló a las dos los pasajes para viajar a Robben Island. El
lugar donde estuvo preso Nelson Mandela. Llevé mi cámara fotográfica y comencé
a sacarle fotos con zoom a la cerradura de la celda en donde estuvo alojado el
que fuera un gran luchador contra el Apartheid.
Al
regresar a lo de mi amiga, comienzo a mirar las imágenes en detalle y veo que a
través de la cerradura se veía sobre la pared picada del fondo, la forma del
continente africano. Es más, le mande una captura a Abril Sosa (Catupecu Machu
y Cuentos Borgeanos), porque él tenía un blog y escribió sobre esa foto. ¡Un
flash!
Cuando
vuelvo a la Argentina y me encuentro con Dani Buira, a quien conocía de la
etapa de Los Piojos, me dice que quería que participe en una placa nueva de La
Chilinga. Y me cuenta sobre Raíces (2007).
Finalmente, hicimos junto con “AFS programas interculturales”, una ONG
(Organización no gubernamental), un disco libro que tiene la forma de África.
Así terminó la historia de la foto de la cerradura siendo arte de tapa.
APU: ¿Es cierto
que uno de los discos de La Chilinga llegó a manos de Los Rolling Stones?
JDF:
La cosa fue así, La Chilinga para su disco Viejos Dioses (2001)
tuvo como ingeniero de sonido al portugués Da Silva. Salió en una hermosa caja
de madera, que tuvo una tirada de 10 mil copias. Grabó con las participaciones
de Peteco Carabajal en violín y la voz de Pol Neiman, una versión de Heaven, el
tema que The Rolling Stones editaron en el álbum Tatto you (1981).
Para
la ocasión, la banda liderada por Dani Buira, pidió todos los permisos
correspondientes y envió, como se había acordado, una copia del trabajo al
departamento de prensa de Los Stones. A los pocos días, recibimos un correo
donde nos pedían que mandáramos dos discos más porque Keith Richards había
escuchado la canción y como le había encantado, quería mandárselos a unos
amigos. No lo podíamos creer.
La radiolina de
Manu
APU: ¿Qué nos
podés contar del cruce con un artista como Manu Chao?
JDF:
Cuando lo conocí, Manu ya tenía hecho el álbum La Radiolina (2007). Pocho Rocca
es el que me acerca la propuesta en un archivo PDF de baja calidad, para que
intente hacer desde Argentina un trabajo sobre la difusión del nuevo material.
Armé mi propuesta, lo envié a su producción y me fui de viajé a Mendoza para
una charla que tenía que dar sobre diseños de discos. Estando en un hotel, me
entra un llamado de Pocho donde me pide que
chequee mis mails.
Abrí
mi correo electrónico y me encuentro con un mensaje del manager de Manu Chao
que me dice que mi diseño había sido seleccionado para la publicidad en la
revista Bilboard y para la presentación mundial de la nueva placa. Después,
hice un par de afiches con los dibujos que pintaron Manu y el artista polaco
Jacek Wozniak y me encargué, también, de toda la gráfica para las giras que hizo
por Latinoamérica.
APU: ¿Y qué
recuerdos te quedaron de la muestra M.A.N.W.O.Z, en el Haroldo Conti?
JDF:
Para mí, lo más fuerte y conmovedor que me pasó laburando con Manu fue esa
muestra, que además fue una gran responsabilidad. Porque el músico siempre está
acompañando las causas pesadas de las que nadie se quiere hace cargo. Por otra
parte, de ese evento en la ex ESMA, va a salir el disco No a
la Mina (2012) donde participaron figuras de la talla de
Eduardo Galeano y Adolfo Pérez Esquivel, entre otros. Así que después de
trabajar con Manu Chao me dije, ya está, no puedo pedir más.
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