RESUMIENDO

Más allá de las polémicas y evaluaciones sobre los gobiernos, ocho de cada diez argentinos reivindican la democracia como el mejor sistema y prácticamente la misma proporción sostiene que si uno no está de acuerdo con una gestión de gobierno debe esperar y votar para cambiarla. 

2012, un año que ha pasado y nos deja el sabor amargo de ir corriendo detrás de la pelota. Tras las noticias que nos marcan los diarios gráficos, digitales, la radio y la televisión.

Desde ésta columna intentamos analizar los temas y transitar por el medio sin fanatismo ni obsecuencias. 
Sin tomar partido en un sentido extremo, al menos durante estos seis meses ese fue el intento. Espero haberlo logrado.

Somos los mal llamados “tibios”, pretendemos marcar lo que para nosotros está bien y lo que no vemos tan bien y aquello que lisa y llanamente está mal. 

Nos seguimos preguntando cosas, como por ejemplo: ¿Porqué el Indec insiste en informar que la inflación anual es de 9% cuando cualquiera que va a comprar a un supermercado, puede darse cuenta que no baja del 20%? Acaso ¿Los pibes que toman leche son financiados por los fondos buitres? ¿el que compra papa para hacer pure o puchero especula con el dolar? ¿el que se toma una coca con los amigos es aliado del imperialismo internacional? ¿La yerba es de garca? ¿el dulce de leche de ricos? ¿el asado de golpistas?
¿Cómo es posible una alianza con Gildo Insfrán en Formosa una de las provincias más pobres del país, gobernada desde hace reiterados mandatos en medio de denuncias de corrupción, narcotráfico y represión? ¿De quién era Ciccone? Beder Herrera y su polémica política minera en Famatina. ¿Cómo se puede permitir la explotación minera a cielo abierto en San Juan por parte de la Barrick Gold?...

Por supuesto reconocemos los aciertos del gobierno como la recuperación del debate político, la política de Derechos Humanos, la convocatoria a la militancia activa de los jóvenes, la salida del default, la asignación universal por hijo, la estatización de las AFJP, ley de matrimonio igualitario etc, hay deudas, no hay dudas… La novela de la ley de medios parece competir con las novelas del prime time televisivo. 
A veces me da la sensación de ser parte de una discusión a la que pocos caben, vericuetos legales que le interesan sólo a quienes estamos inmersos en un microclima de la rosca y el "ruido" del centro.

Para terminar, los invito a observar en la calle, en cada medio de transporte, en el comedor comunitario, en un hospital público a los héroes anónimos. Los que desde el trabajo solidario ayudan al prójimo sin buscar notoriedad. Los más públicos y notorios como Juan Carr, el padre Pepe Di Paola, los Claudio Lepratti y tantos otros.

Es a éste último a quien quiero homenajear hoy: Claudio “Pocho” Lepratti era el mayor de seis hermanos y militaba en los barrios pobres de Rosario. Estaba en el techo de un colegio cuando una bala policial le perforó la garganta. Era un día como hoy, 19 de diciembre de 2001, su recuerdo se transformó en símbolo de los reclamos contra la impunidad. 

Sus últimas palabras fueron: “Bajen las armas que aquí sólo hay pibes comiendo” y es con ésta canción de León Gieco que queremos recordarlo con el estribillo que inmortalizó su grito...