21 de octubre de 2015

LUZ VERDE







Este ya te lo conté, es uno de los inventados. El de los osos que se disfrazan para robar la miel, ¿te acordás? Igual traje libros. Si me olvido de alguna parte, leo. Voy con la versión que empezamos cuando fuimos a comer los sanguchitos al buffet del club. Bueno... Voy a empezar, tengo tiempo. Hoy me quedo. Se lo pedí al doctor de bigotitos que está de guardia, es hincha de San Lorenzo. Anoche anduvo a las corridas con varias camas.
Tenés una nueva compañera. Es una nena preciosa, se llama Shui. Sí, Shui. Hablé con la mamá, se parece a Mia de los Power Rangers. No pasa nada. ¿Es por la sirena? Es como una bocina de un coche que viene de una tele con dos rayitas. Una verde y otra roja. Como las linternas. Juegan una carrera. La nuestra es la verde ¡Linterna verde es el bueno, por supuesto! La verde sube y baja y la roja está quietita. Es mejor que esté así. Porque si la roja tiembla le gana a la verde y perdemos, pero si la verde sigue así; ganamos y nos vamos a casa.
Ayer conocí a Noa, un encanto de criatura. Estaba feliz porque su hermanito ya está mejor y pronto se irán a su casa. Le hablé de vos, te dejó un dibujito de los Minions. Es muy gracioso. Lo pintó con fibras de colores y le pegó caras que recortó de una revista. Es fan de la Doctora Juguetes, como vos.
Bueno, una familia de osos, son el papá, la mamá y tres hermanos. Todos están en búsqueda de un poco de miel. Pero toda la miel que ellos necesitan está en un panal de abejas muy bien custodiado debajo del estadio mundialista. Una madrugada de invierno los osos machos decidieron ir hasta la cancha para conocer el lugar. Las abejas, además de picar, tienen como guardián a un toro bien fornido que lanza rayos por los ojos. Dicen los que visitaron el panal, ¿viste?, que tienen televisores donde pueden ver a los invasores como el mono de Toy Story 3 ¿te acordás?
Todos los osos que intentaron robar el panal fracasaron. Los Ewoks de Star Wars se quedaron sin pelos. Winnie the Pooh salió corriendo por las picaduras y el oso Arturo se equivocó de puerta, se metió en las desagües y finalizó en un caño con salida al mar. Después te cuento bien quien fue el oso Arturo. Me pidieron que hable más despacio, te hablo al oído. No me pude afeitar, así que voy a tratar de no pincharte. Traje una colonia así estás bien perfumado para cuando venga la enfermera de la noche. Sos su favorito, en serio. Estuvimos hablando, es muy simpática. Vive cerca de la abuela, el hermano juega en Kimberley. Es hermosa, cuando sonríe todos los monitores mueven las líneas verdes. No come carne. Hoy le traje unas empanadas de verdura calentitas, espero que les gusten.
Otra cosa antes que me olvidé. Los Contessi te mandan un montón, un montón de besos. Están preocupados porque hace rato que ninguna pelota cae en su patio. Quieren venir a verte, les dije que no era necesario ¿Para qué? ¡Si pronto nos volvemos a casa! Ah, no me dejan entrar con los muñe. En el bolsillo tengo escondido a Linterna Verde y Linterna Roja. ¿Viste que ellos te quieren un montón? En realidad, todos te quieren pero se quedaron para cuidar a Ciclón. Hoy no me dejaba cerrar la puerta, ¿podés creer? Extraña jugar con vos. Los chiches están en la caja arriba del placard, quedate tranquilo. No llega hasta ahí. Me pasó algo muy gracioso viniendo para acá. Cuando llegué al estacionamiento, ¿viste cuando tengo que pagar?, saqué a Linterna Verde del bolsillo en lugar de la billetera y la chica de la caja se empezó a reír. Te reíste vos ahí, ¿no? ¿Me estás escuchando? Imaginate que Linterna Verde le diga a la chica: "pago yo".
La línea verde ahora sube y baja por eso el ruidito. Supongo que es algo bueno. Si dejo de hablar es porque se me seca la boca, tomo agua y listo. Y si tardo un poco más es porque me dan ganas de ir al baño. Me van a dejar entrar otra vez. No te preocupes. Me dijo bigotito que si no hago ruido puedo dormir acá. Los otros papás esperan afuera, así que ponete contento. El doctor es macanudo, se parece al señor patata, le falta el sombrero negro. Cuando ví el almanaque de San Lorenzo en su consultorio enseguida nos pusimos a hablar de fútbol. Una cosa más: yo hablo y hablo porque sé que me estás escuchando, ¿está bien? Es por hoy. Nada de hacerse el loquito y copiar a papá en clase que la seño Analía se va a enojar. Ahí se movió la línea roja, quédate tranquilo, cabezón. Ahora no te preocupes por el cole. Yo te saqué el tema, perdón. Sé que estás haciendo el esfuerzo para mejorar. Me lo dijo Analía y la directora de primaria. ¿Cómo se llama? Ana, Ana Laura... Confían mucho en vos. Es simple, no hay que hablar cuando la seño explica. Hay que prestar un poquito más de atención. Nada más.
Bueno, ¿sigo con el cuento? Los osos querían conseguir la miel como sea. Hasta que un día a la mamá oso se le ocurrió disfrazar a sus hijos de jugadores de fútbol para engañar a las abejas. Cuando ya estaban por ingresar al vestuario local, un rayo resplandeció en el estadio. El toro guardián al escuchar ruidos vió la silueta de un jugador parecido a Ortigoza y lanzó por los ojos un relámpago que acertó con los osos en plena tarea de camuflaje.
Te lo cuento despacito y avisame si me quedo dormido. Me encanta escuchar cuentos antes de dormir. ¿A vos no? ¿Dormimos un ratito? ¿La seguimos mañana?. En la segunda parte viene lo mejor. Que descanses, cabezón. Acá está papá, no te preocupes por nada. Tranquilo. Pronto vamos a estar en casa otra vez. La luz verde juega para nosotros.










1 comentario:

  1. Capacidad para poner sentimientos en palabra, INCREIBLE!!! Para los que pasamos por eso...conmovedor!

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